Por
: Gilberto LAVENANT
A 32 días de que se
inicie el registro de candidatos a diputados federales y 5 días más para el
inicio formal de las campañas electorales, ya empezaron a surgir datos de las
primeras encuestas, en base a cuáles se pretende pronosticar los resultados de
los comicios del próximo 7 de junio.
A simple vista, conforme
a las condiciones socioeconómicas y políticas prevalecientes en el país, el
panorama es desalentador para todos los partidos políticos. Sin embargo, como
diría en días pasados Salomón Faz Sánchez, “El Búfalo Mayor”, el PRI está mal,
pero los demás partidos andan peor.
Lo muestran los
resultados de la encuesta de Parametría-El Financiero, dados a conocer esta
semana, en el que, si bien es cierto, el PRI aparece a la cabeza en
preferencias electorales, con un 32%, seguido por el PAN con un 26%, el abstencionismo
sigue siendo un fenómeno preocupante.
Esto indica, en
principio, que los escándalos por supuestos conflictos de interés, en los que
resultó involucrado el Presidente de la República, por la adquisición de
viviendas, así como el caso de los normalistas desaparecidos, no tendrán gran
efecto negativo para el PRI en los próximos comicios.
Podría decirse que esto,
no es tanto porque a la mayoría de los mexicanos no les haya preocupado o
interesado estos temas, sino más bien porque luego de los sexenios foxista y
calderonista, prefieren aplicar aquello de “más vale, malo por conocido, que
bueno por conocer”.
Y es que, en general, los mexicanos quedaron escamados, con las
expectativas de cambio que generó el foxismo y que se convirtieron en una
enorme decpción. Hoy, todos los partidos políticos han tenido su cuota de negativismo,
excesos y ligerezas. En especial el PRD.
Para Parametría, estos comicios tienen qué observarse desde varios puntos
de vista. En general, a nivel nacional, se renovarán los 500 diputados que
integran la llamada Cámara baja, lo que
motiva poco a los electores.
Sin embargo, en nueve entidades federativas, además de las elecciones federales,
elegirán nuevo gobernador. De esas, seis son gobernadas por el PRI, dos por el
PAN y una por el PRD. La atención nacional se enfocará en Nuevo León, por su
importancia económica, y en Michoacán, por la inseguridad.
Además, en ocho entidades habrá elecciones estatales intermedias, las que
merecen otro tipo de atención.
El debut electoral de Morena, el partido creado por Andrés Manauel López
Obrador, que se presume quitará votos a los partidos de la izquierda, como PRD
y PT. Y a la vez el Partido Humanista y el Encuentro Social, que también participarán
por primera vez.
Varios factores se conjugarán, para determinar los resultados del 7 de
junio. La creación de nuevos partidos, que producen el efecto de “divide y vencerás”,
el fenómeno del abstencionismo, la problemática socioeconómica del país y los
escándalos en los que ha resultado involucrado el propio Presidente de la República.
Otro factor interesante, lo serán las candidaturas independientes. Fueron
tantos los requisitos exigidos para ello, que muy pocos podrán lograr su
participación.
Si bien es cierto que a nivel nacional, el PRI aparece a la cabeza, en
las encuestas de preferencia electoral, con apenas un 29%, seguido del PAN con
un 17% y el PRD con un 8%, esto no es del todo aplicable en Baja California,
que ha sido gobernada por el panismo en los últimos 25 años.
En esta entidad, los rasgos sobresalientes indican que ninguno de los
partidos tiene certidumbre, ni mucho menos seguridad, de obtener triunfos
electorales. Por ejemplo, en el caso del PRI, de los 4 distritos electorales de
Tijuana, aspiran cuando mucho a ganar dos.
Sin embargo, es evidente que no seleccionaron precisamente a sus “mejores
hombres o mujeres”, como siempre presumen. El más cuestionable, lo es el caso
del exalcalde mexicalense Francisco Pérez Tejada Padilla. Señalado por
presuntas desviaciones de recursos por más de 900 millones de pesos.
Algo similar ocurre a los panistas, con el exalcalde tijuanense Jorge
Ramos Hernández. Aunque este personaje presume que todo lo que se dice en
cuanto a su persona, son meras “leyendas urbanas”, no justifica, para nada, la
evidente mejora en sus finanzas personales.
En otros casos, la participación de personajes totalmente desconocidos,
con pobre trayectoria o presencia política y, en especial, con marcada
inexperiencia en procesos electorales.
Algo está pasando, porque ni siquiera las dirigencias partidistas
muestran “colmillo”, en los preparativos para las campañas bajo sus respectivos
cargos. Los aún precandidatos, la mayoría de ellos, andan como huérfanos, de
aquí, para allá, buscando apoyos y patrocinios.
La mayoría de los actores políticos, se resisten a participar en estos
comicios. Sobre todo, se niegan a comprometer recursos, en un proceso que no
les redituará nada y que en muchos casos, de antemano se preveé la derrota. Lo único
cierto, es que hacer pronósticos electorales, “está en chino”.
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