Por
: Gilberto LAVENANT
Las elecciones
intermedias, de junio del 2015, definirán el destino político del Presidente
Enrique Peña Nieto. Con el ambiente adverso, generado por los efectos negativos
de las reformas estructurales, y luego por la tragedia de los normalistas,
seguida por el escándalo de la “Casa Blanca”, el PRI y sus candidatos a
diputados federales, estarán de espaldas a la pared.
El dilema es sumamente
delicado. El PRI requiere conservar la mayoría en el Congreso de la Unión. Si
la pierde, se caerá estrepitosamente el proyecto político del exgobernador del Estado
de México, lo que podría implicar que sus rivales le den marcha atrás a lo
hecho por Peña Nieto.
Por lo tanto, el
compromiso y reto del priísmo nacional, es convencer a los electores mexicanos,
de que no pierdan las esperanzas, de que a partr del 2015, empezarán a sentirse
mejores condiciones socioeconómicas. Algo casi indefendible, porque no bastan
palabras, para cambiar el deprimente panorama nacional.
La lógica indica, que en
tales condiciones, el PRI tendría que postular, como candidatos a diputados
federales, a sus mejores elementos. A los mejores hombres o mujeres, que
garanticen triunfos. Nada de cartuchos quemados. Nada de personajes con imagen
o hartas evidencias, incluso sospechas, de corrupción.
Por cuestiones que nadie
se ha atrevido a explicar, el PRI ha reservado, como un secreto de Estado, los
nombres de quienes postulará para los comicios del presente año. Se supone,
que, como le hacen los equipos de futbol profesional, los tienen concentrados
en espacios secretos, para que nadie los identifique y no intenten robárselos.
Hasta este miércoles 7 de
enero, se conocerán los primertos nombres. Sin embargo, más valdría que los
mantuvieran en reserva. No por el temor
de que algún partido les hiciera oferta tentadora y se los arrebatara. No se
trata de eso.
Este inicio de semana,
empezaron a trascender algunos de esos “codiciados valores” priístas. Y la
verdad, dan pena ajena. Sin la mínima intención de descalificar a alguien en
particular. Los nombres de los prospectos, generaron reacciones de sorpresa y
decepción. Expresiones como la de “con esos gallos, no se gana ninguna pelea” o
bien, la presunción de que se trata de una derrota pactada. Como se sospechó en
otras ocasiones.
Tentativamente, se sabe
que la candidata del PRI, por el Distrito I, de Mexicali, sería la exdiputada
local, Virginia Noriega. Se dice que está apadrinada por el líder de la FSTSE,
Joel Ayala Almedia. El personaje que alcanzó gran notoriedad, cuando regaló un
auto del año a cada uno de los diputads priístas ocales.
Por el III Distrito,
correspondiente a Ensenada, que en la pasada contienda federal ganó Gilberto
Hirata Chico, pero que abandonó para lanzarse por la alcaldía de Ensenada, el
candidato priísta sería Alfonso Garzón.
En el IV Distrito,
correspondiente a la zona este de Tijuana, la regidora Rosa Aurora Martínez,
representaría al PRI, contra el candidato más fuerte de los representantes del
PAN, el exalcalde Jorge Ramos Hernández. Observadores políticos advierten que
pareciera que esta zona en particular, está pactada para perder. Que incluso,
personas identificadas con el priísmo en esa zona, están operando a favor del
exalcalde panista.
En el Distrito V, el
candidato tricolor sería Javier Camarena Salinas, Secretario de Desarrollo
Social del XXI Ayuntamiento de Tijuana. Su principal rival sería el panista Max
García, exdiputado local y exsecretario particular del exgobernador José
Guadalupe Osuna Millán. Las posibilidades de triunfo, para el priísta, son casi
nulas. Más que político, Camarena Salinas es un empresario joven, formal. Pero
le falta oficio político.
Pero eso no es nada. El
colmo de los colmos, hasta ayer se tenía casi como un hecho, que, pese a las
opiniones en contra, el candidato priísta para el VII Distrito, que comprende
Tecate, así como parte de Ensenada y Tijuana, sería el exalcalde mexicalense
Francisco Pérez Tejada Padilla, sobre quien recaen serias sospechas, además de
denuncias penales, por malversación de recursos públicos. Para los mexicalenses,
esto sería peor que una burla.
Panchito, insistió mucho
por esa posición, que aún ostenta su hermano David, postulado por el Partido
Verde Ecologista de México. Lograr la diputación federal, sería tanto como
dotarlo de un blindaje de máxima resistencia, contra cualquier acción legal en
su contra. Lo presumía, cuando lo cuestionaban respecto a las acusaciones en su
contra, que tanto se hablaba de él, que seguramente hasta una candidatura le
otorgarían por ello.
En el Distrito VIII, el
PRI postularía a Roxana Soto, quien conoce ampliamente la zona y no tendría
mayor problema, para derrotar a la boxeadora Jackie Nava, quien de política no
sabe nada, salvo que llevará como “second” a Mirna Rincón, quien ya fue
legisladora y directora del Seguro Popular.
Con tales “cartas”, los
augurios para el priísmo en la entidad, no son nada halagadores. Huele a
derrota, evidentemente. Pero derrota no por las preferencias electorales, sino
porque tal parece que así está pactada.
Resulta absurdo, que el
priísmo, tan solo por blindar a un personaje tan cuestionado, como Panchito,
ponga en riesgo, o pacte, perder un distrito electoral.
Resulta absurdo, cuando
que hacer un pacto para ello, sería tanto como traicionar al jefe máximo del
PRI, el Presidente Enrique Peña Nieto, quien requiere del mayor número posible
de diputaciones federales, a fin de evitar que las reformas estructurales,
aprobadas, pero aún en proceso de aplicación, sean echadas al bote de la
basura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario