Por Indira Mata
Los mayores lastres que como país enfrentamos se llama
corrupción e impunidad, una combinación nociva que mantiene al país en una situación
caótica.
Aunque la corrupción está casi por doquier, lo más grave
es que tampoco se castiga porque los corruptos y corruptores son desde el
presidente Enrique Peña Nieto, sus
colaboradores más cercanos, secretarios de estado, gobernadores, legisladores,
líderes sindicales, de partidos políticos y hasta empresarios de todos los
niveles.
Para cualquier sector a donde se quiera voltear nuestro
México está plagado de ese mal porque como sucede en cualquier familia cuando
el mal ejemplo cunde desde la autoridad más alta, del resto de sus integrantes
se puede esperar lo mismo o tantito peor…
Por desgracia la corrupción no sólo son las licitaciones
multimillonarias para favorecer a consorcios bajo aparentes procedimientos
legales, también prevalece en las obras de infraestructura mal construidas
porque se factura y construye a costos diferentes.
También la corrupción invade al sector salud cuando
empresas farmacéuticas y de insumos se confabulan con directivos para
suministrar sólo ciertas marcas. La cloaca de la perversión llega hasta el
médico especialista de cualquier consultorio de hospital público que para aumentar
la estadística y obtener algún beneficio realiza diagnósticos ficticios de
enfermedades.
En el área de oncología de la clínica-hospital número 30
IMSS en Baja California opera una colusión entre la coordinación de esa
especialidad con la de apellido Soto Colling a la cabeza y los médicos
tratantes de pacientes a quienes “campechanean” suministro de quimioterapias
cuyo costo por inyección asciende mínimamente a 17 mil pesos, pero que en el mercado negro de los
consultorios privados de Mexicali comercializan en otras cantidades monetarias
más exorbitantes. El IMSS está plagado
de corrupción porque hasta instrumental
para cirugías de alta especialidad puede encontrarse en los quirófanos privados
de los hospitales más costosos, y obvio no transita con magia por el espacio
aéreo hasta los nosocomios particulares.
Las cadenas de corrupción en las instituciones son algo
así como infinitas… A la hora de investigar y sancionar a los implicados -desde
secretarias, patólogos, médicos tratantes-, el paso siguiente es desaparecer las
evidencias con la mayor impunidad, al fin y al cabo todo queda entre amigos.
Hay algunos ejemplos de los pocos que se sancionan como
la inhabilitación –más no acción penal hasta el momento- contra el exdirector
de la CESPT Hernando Durán. Las indagatorias preliminares de la cuenta pública
del año electoral 2012 revelan falta de comprobación de gastos por millones de
pesos y numerosas triquiñuelas que afectaron el patrimonio del organismo
paraestatal.
Pero resulta que casi al finalizar el año 2014 todos los
organismos de agua del estado reportan graves desfalcos y numerosos rojos, pero
no se vislumbra la mano que imponga el castigo.
¡Viva el Día Internacional
Contra la Corrupción! Una celebración hecha mutis por obvias razones.
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