Mazatlan Sin. Mexico.-“Mi papá le
pega al Güero porque no nació igual que nosotros, pero yo sí quiero al güero,
porque es mi hermano”.
A sus 28 años Lorenzo Soto Galindo es cabo en el octavo batallón de
infantería y padre de cuatro niños: Lorenzo Antonio, de 5; Cristhian, de 4;
Yovani, de 3, y Lupita, de 2. Todos, excepto Cristhian llevan su apellido.
El diario
“Zócalo Saltillo”, publica una historia de una pareja joven con cuatro niños,
marcada por la desconfianza mutua y el maltrato a los niños por la precaria
situación económica en la que viven.
Según
Lorenzo, Cristhian no es su hijo porque es blanco y de ojos azules. "Mi
papá le pega al güero porque no nació igual que nosotros, pero yo sí quiero al
güero, porque es mi hermano", dijo el niño mayor.
Su madre,
María Trinidad Casas Monroy, de 27 años y originaria de Durango, asegura que su
madre es blanca y de ojos de color. “El no cree que sea su hijo y por eso nos
pega. El otro día le pegó con un martillo en la cabeza”, aseguró.
Con nueve
años de matrimonio, Trinidad cree que la precaria situación de la familia tornó
a su esposo en un hombre violento y desobligado. “No busca la forma de traernos
comida, ni siquiera me trae leña ni me levanta una hornilla”.
Cristhian,
el “güero” no acude al kínder pues Lorenzo no quiere pagar sus gastos ni le compra
lo necesario.
"Hay
veces que lo saca y le dice traga en la calle, como si fuera un perro. A todos
nos pega, pero más a él (Cristhian), por ser güero, yo lo que quiero es irme
con mis padres y que me ayude a mantener a mis hijos, aquí no me deja trabajar,
porque dice que ando de "cusca". Ya fui a denunciarlo al batallón,
pero me dijeron que la persona indicada no estaba y no me atendieron",
dijo la joven madre.
Sin
embargo, vecinos aseguran que ella también maltrata a los niños. “Ella
también les pega, nosotros les dábamos de comer”.
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