QPBC TIJUANA.- Hasta nuestra redacción llegó esta carta que pidieron se publicara
como denuncia pública, en la cual se expone la situación de acoso laboral en
contra de una mujer empleada del mismo centro cultural de BC por directivos particularmente el Lic. Manuel Felipe Bejarano Giacoman director del Instituto de cultura de BC.
A
quien corresponda
Gobierno
del Estado de Baja California
A
la opinión pública
Presente.-
A través de
este conducto, me gustaría hacer de su conocimiento la situación que, desde
hace tiempo, se vive en el Instituto de Cultura de Baja California y en algunas
de sus dependencias, respecto al comportamiento de sus directivos y, sobre
todo, del Lic. Manuel Felipe Bejarano Giacoman, cabeza del Instituto, quien se
vale de la intimidación, acoso sexual y abuso de poder para mantener a sus
colaboradores bajo la premisa del miedo.
Sé con certeza las atrocidades que se viven dentro del Instituto,
pues fui testigo y víctima de varias de ellas.
El día 30 de abril del año en
curso, la Lic. Gloria Esther Machain Valenzuela, Jefa del Departamento de
Asuntos Jurídicos y la Lic. Gloria Dueñas Pacheco, me invitaron a firmar mi
renuncia por razones que no tenían que ver con mi desempeño laboral ni con
asuntos relacionados a Ceart Tijuana; la orden la había girado el Lic. Manuel
Felipe Bejarano Giacoman, de acuerdo a según las palabras de las arriba
mencionadas y después de semanas de hostigamiento laboral por parte del Lic.
César Valles, quien se desempeñaba como Coordinador Operativo del espacio.
La Lic. Machain, me comunicó que tenían en su poder un video donde
mantengo relaciones sexuales con mi exmarido y amenazaron con hacerlo viral si
no firmaba mi renuncia, me recordaron a mi hija de cuatro años, y que escribo y
doy clases para niños, (que cabe mencionar, el último taller que di para niños
y adolescentes, fue en diciembre del 2004); hicieron énfasis en lo que diría la
comunidad cultural si el video circulara por los correos de todos los
conocidos; mencionaron también que el Lic. Bejarano lo había visto, y pude
confirmarlo horas después, gracias a una llamada que me hizo el Director, donde
me especificaba que efectivamente se notaba que no era un video actual, ya
que…“sí me veía más joven” y en ese entonces “mi cabello tenía rayitos”… y “que
me movía muy bien”…; guardé silencio.
De manera respetuosa yo le pregunto a
usted Doctor, ¿Qué se le contesta al hombre que hasta ese momento es tu jefe y
tiene la osadía de hacer comentarios sobre tu intimidad e individualidad en ese
tono? ¿Y sobre todo alude haber visto el video para confirmar que es su
colaboradora quien aparece ahí, sin importarle si atropella o no mis garantías
individuales?.
Estoy consciente que ocupar puestos gubernamentales te convierte
también en una persona pública que debe comportarse a la altura de la función
que desempeña; sin embargo también sé que la razón por la que me despidieron no
tenía nada que ver con mis labores como representante de una institución
cultural como lo es el Instituto de Cultura de Baja California; ambas
licenciadas pusieron mi dignidad sobre la mesa y la desmenuzaron hasta que ya
no quedó nada. Todo a solicitud del Licenciado Bejarano. Con este hecho se
violentaron mis derechos humanos, mi derecho a proteger mi privacidad y mi
cuerpo, con la plena libertad de realizar prácticas íntimas en la privacidad de
mi hogar de manera consensuada.
No estoy de acuerdo en que funcionarios de ningún tipo, utilicen
esas herramientas para intimidar y amenazar a los colaboradores de cualquier
instancia pública. ¿De qué más son capaces estos seres que están al frente de
la cultura y nos representan? Porque yo no me siento representada, sino al
contrario, me siento atropellada por él y sus dos emisarias.
Desde el 08 de marzo del 2013, hasta el 30 de abril del 2015, día
que abandoné mi puesto en Ceart Tijuana, mi único objetivo fue el de colaborar
para que el espacio se colocara como uno de los nuevos referentes culturales de
la ciudad, donde se viera favorecida la población que habita esas periferias y
que tanto lo necesita; sin embargo los objetivos de los funcionarios a cargo de
las decisiones medulares de la cultura estatal, no son los mismos; ¿esa es la
clase de funcionarios que queremos en nuestro estado? ¿Los que se preocupan por
ocupar una silla de poder donde puedan acosar y amedrentar a los otros para
revalidar su poderío? Más aun, siendo dos mujeres las encargadas de realizar
“el trabajo sucio” que no comprenden que ellas mismas están siendo sometidas
por un acosador, con tal de no perder el empleo. Eso hace todavía más
deplorable la acción.
Han sido tres meses de incertidumbre, enterándome de que varios
compañeros son hostigados laboralmente y que algunas mujeres han sido acosadas
sexualmente por el Lic. Bejarano; sin embargo no puedo hablar por ellas, pues
no soy quien para interferir en su vida personal, cada quien luchará sus
propias batallas, y yo estoy peleando la mía, tal como merecen este tipo de
situaciones y circunstancias, y donde trataré de arreglarlo con la otra persona
involucrada en dichas imágenes.
No tengo ningún temor a las represalias de esta
gente por hacerlo viral, la vida privada de una pareja, es eso, privada, y por
ello no tengo porque dar explicaciones al respecto.
No escribo este documento con el objetivo de que me regresen a la
Coordinación de Artes Escénicas ni para entablar una demanda laboral tardía,
pues a pesar de los intentos del Instituto, mi trayectoria sigue intacta, tan
es así, que en este momento ocupo la administración de la Facultad de Artes de
la Universidad Autónoma de Baja California; lo hago para que se tomen
decisiones con la verdadera versión de los hechos y se tenga el conocimiento
del tipo de personas que lideran la cultura de Baja California donde se sobajan
los derechos de los subalternos, y donde son las mujeres comandadas por
Bejarano las que se atreven a violentar los derechos de género.
Expongo la situación con la esperanza de que se tomen las medidas
necesarias para que no se repita una situación como ésta y se favorezca el
desarrollo cultural del estado, los derechos humanos, laborales, de género y,
sobre todo, que Usted conozca el verdadero movimiento y dinámicas que se viven
en torno al Instituto de Cultura de Baja California.
Me quedo con la tranquilidad de que no estoy guardando silencio ante
esta clase de hechos, así le puedo enseñar a mi hija a que haga lo mismo.
Tres meses me llevó atreverme a escribirle este documento, ojalá y
no pase tanto tiempo para que se puedan tomar cartas en el asunto. ¿Cuál será
la respuesta?
Sin más por el momento, quedo a sus órdenes para aclarar cualquier
duda al respecto.
Atentamente,
Lic. Esmeralda Ceballos
(664) 287 49 11
esmeraldaceballos@gmail.com
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