Por : Gilberto LAVENANT
Hasta hace unos días, cualquiera diría que los días de Alejandro Lares Valladares, como Secretario de Seguridad Pública Municipal de Tijuana, estaban contados.
El Síndico Social del XXI Ayuntamiento, Bernabé Esquer, aprovechando la ola de violencia desatada en Tijuana, había generado un movimiento, con el objetivo de lograr su cese.
La idea era de que, pese a que cada día se incrementaba el número de homicidos violentos en esta frontera, el jefe policiaco, “ni sudaba, ni se acongojaba” y no mostraba intención alguna de hacer algo, para regresar la tranquiidad a los tijuanenses.
Así es que Esquer y sus afines, se movieron al interior del cabildo y lograron que la Comisión de Régimen Interno, citara a comparecer a Lares. Curiosamente, al ser cuestionado por los periodistas, manifestó que estaba complacido por ello.
Llegó la fecha y la mayoría de los miembros de Cabildo, constataron que Lares Valladares, no tenía, ni idea, de cómo frenar la ola de violencia. Mucho menos una estrategia definida.
El Síndico Esquer, consideró que ya tenía “la cabeza” de Lares en una bandeja y subió el tono amenazador en contra del funcionario policiaco. Se daba como un hecho de que en cualquier momento el titular de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, sería cesado fulminantemente por el cabildo de Tijuana, o éste, en un acto de dignidad o pena, presentaría su renuncia. Faltaba cualquier cosa. Ya merito se lograba.
Sin embargo, Esquer y los demás regidores, involucrados en este movimiento anti Lares, olvidaron que el titular de la SSPM fue designado por el Alcalde Jorge Astiazarán Orcí y que por lo tanto debían dejar a éste la decisión del retiro del funcionario.
Lo peor, el dirigente del PAN en Tijuana, Raúl Felipe Luevano Ruiz, aparece en escena y manifiesta que su partido pide desaparezca la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, argumentando que implicaría un ahorro y que prácticamente ni hacía falta. Al igual que como se desapareció la Secretaría de Planeación y Finanzas. Y aquí fue donde la puerca torció el rabo.
Resultaba, más que evidente, que si bien es cierto, era cuestionable la labor de Lares Valladares, en torno a la ola de violencia que azota la ciudad, el asunto se había politizado y se convirtió en una bandera electoral para los panistas, hacia los comicios del 2016.
Irónicamente, el Secretario de Seguridad Pública Estatal, Daniel de la Rosa, advirtió que el tema de seguridad pública municipal, no debía politizarse. Sabía, que así como los panistas “traían de la cola”a Lares, no tardarían los priístas en que lo agarraran a él.
Y es que el Síndico Social y los regidores panistas, solamente tuvieron ojos para reclamar al titular de seguridad pública municipal. Olvidaron que mayor responsabilidad tienen en este tema, los funcionarios del gobierno estatal panista, Daniel de la Rosa, Secretario de Seguridad Pública y Perla del Socorro Ibarra Leyva, Procuradora General de Justicia. Algo así como “ver la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio”.
Considerando que las cosas habían llegado muy lejos, el Alcalde Jorge Astiazarán, advirtió tajante que no desaparecerá la Secretaría de Seguridad Pública Municipal. Políticamente hablando, mal estaría, que cediera ante exigencias del dirigente del partido blanquiazul.
El Alcalde salvó de la guillotina a Lares Valladares, cuya cabeza muchos consideran que estaban a punto de cortársela. Hoy, al titular de la SSPM le conocen como “el ya merito”.
Esto es común que ocurra, cuando los temas se politizan. No porque en la discusión de estos participen políticos, sino porque más que el interés de buscar la solución a un asunto, se trata de hacerlo mayor, para fines emientemente electorales.
Al margen de esto, el asunto de la seguridad pública, debe ser abordado con seriedad, y cuestionar a todas las autoridades responsables, de los tres niveles de gobierno. Periódicamente, se sabe se llevan a cabo reuniones de trabajo de los integrantes de la comisión de seguridad, en las que incluso participan representantes del ejército. Ahí, recitan logros de sus respectivas actividades, pero la violencia continua a todo galope.
Todos y cada uno de los responsables de las diversas corporaciones de seguridad pública, deben dar la cara y manifestar, abierta y directamente, qué es lo que están haciendo para someter a los delincuentes.
Constantemente “se paran el cuello” con decomisos millonarios de drogas. Pero nadie explica, cómo es que llegan a las calles de los municipios de Baja California. Evidentemente, elementos de alguna corporación están sirviendo de “tapaderas” o complices para el tráfico de drogas.
Y aunque los montos de los decomisos son fuertes, se presume que es mucho más lo que circula y envenena a los bajacalifornianos. Motivo de los enfrentamientos, la violencia y asesinatos.
Cuando disminuye la violencia, no es que se haya frenado el narcotráfico. Simplemente las bandas de mafiosos, respetan sus respectivos territorios. Así de sencillo.
Lo lamentable, es que el narcotráfico, lo realizan hasta individuos de “respetables familias”. Hace mucho, que el ser parte del crímen organizado, no es motivo para estigmatizar a nadie, Lo que importa, es el nivel económico. Lamentablemente.
Lo que si es cierto, es que ya es tiempo de erradicar las improvisaciones, en materia de seguridad pública. No se debe dejer tan enorme responsabilidad, en manos de compadres o amigotes. Por el momento, Lares se queda. Ya merito.
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