Por : Gilberto LAVENANT
A unos
meses de concluir su gestión, deja el cargo el 27 de enero del 2015, el Rector
de la Universidad Autónoma de Baja California, Felipe Cuamea Velázquez, saldrá
en peores condiciones que en las que entró.
El
proceso de su designación, fue sumamente accidentado. Pero al fin y al cabo,
fue un asunto interno, que por el cúmulo de irregularidades, trascendió a la
opinión pública.
Hoy, el Organo
Superior de Fiscalización del Congreso del Estado, lo ha exhibido como un
pésimo administrador de recursos públicos. No solamente se detectó que incurrió
en serias irregularidades, sino que salió a la luz pública, que invirtió en la
Bolsa Mexicana de Valores, 150 millones de pesos, sin estar facultado para
ello.
Luego se
dijo, que en las actividades bursátiles, la UABC tuvo utilidades y pérdidas.
Después se aseveró que eran mayores las utilidades que las pérdidas, ganando 10
millones de pesos. Sin embargo, después se precisó, que sí tuvo pérdidas. Que
estas ascendieron a 26 millones de pesos. Y ahí “ardió troya”.
Conocida
esta información, el Rector se encerró en una concha. Se negó a declarar a los
medios de difusión, cuando lo cuestionaron sobre el tema. Dijo que solo lo
manejaría a través de los medios institucionales, entre la UABC y la
Legislatura Estatal.
Sin
embargo, tratando de minimizar el asunto, se dedicó a acudir a diversos grupos,
tanto sociales como políticos, para presumir los logros de su administración
rectoril. Como una estrategia mediática, para que, llegado el momento en que
tuviese que reconocer sus “errorcillos”, se dijera que era poca cosa ante el
avance de la UABC.
Pero
ocurrió, que desde la Comisión de Fiscalización del Gasto Público, se siguió
insistiendo en el manejo bursátil de los recursos económicos universitarios.
Entonces,
el Patronato de la UABC, que preside el Lic. Francisco Rubio, salió al quite,
publicando desplegados, mediante los cuales trató de justificar la bursatilización
de recursos, aseverando que las leyes universitarias lo permiten.
El
Diputado Rodolfo Olimpo Hernández, Presidente de la Comisión de Fiscalización,
declaró que no solamente en el 2012 detectaron actividades bursátiles por parte
de la UABC, sino que también las hubo en el 2013 y actualmente en el 2014. Esto,
no obstante que se le recomendó al Rector que no lo hicieran.
Evidentemente,
los grados universitarios, no curan la necedad. Algo lamentable, porque el
Rector, es representante y coordinador general de la UABC.
La
cuestión es que Cuamea Velázquez, envalentonado por el respaldo recibido por
parte del Patronato, en lugar de reconocer que las instituciones públicas como
la UABC, no pueden bursatilizar sus recursos, y acudir con los Legisladores, a
tratar de enmendar sus errores, se alzó de hombros y vió con desdén a los
legisladores.
Los vió,
como dicen que ve Dios a los conejos, chiquitos y orejones.
Evidentemente
molesto, por la exhibida que le han dado, y obviamente porque ha de pensar que
Baja California está en deuda con él, por su desempeño como Rector, este inicio
de semana sacó de su ronco pecho el coraje que ha venido acumulando.
Lo más
grave, dijo que la Universidad, es un “botín apetecible”, en el que muchos “quisieran
meter la mano y meterse hasta la cocina”. Se supone, que lo que quizo decir, es que los
políticos en general, y los diputados en particular, son unos pillos y que se
lamen los bigotes, pensando en lo que podrían hacer con los 5 mil millones de
pesos, que es el presupuesto anual de la UABC.
Tal vez
tenga razón, pero resulta incongruente, cuando que es una verdad sabida, que,
desde hace años, la UABC opera bajo el dominio de un grupo, en el que está
incluído el exGobernador José Guadalupe Osuna Millán, encabezado por el
exRector Alejandro Mungaray.
Que dicho
grupo, es el que al final de cuentas determina quién será el siguiente Rector.
Pero eso
no es todo. Los legisladores, habían citado a Cuamea, para que compareciera
este martes ante las comisiones unidas de Educación, Cultura, Ciencia y
Tecnología. Juventud y Deporte, así como de Derechos de las Personas con
Discapacidad, de la Tercera Edad y Niñez, pero no acudió.
La cita
era a las 11:00 de la mañana y apenas 30 minutos antes, mediante escrito, les
avisó que no asistiría a la cita, bajo el argumento de que dichas comisiones no
tienen facultades para citarlo a comparecer.
Aquí es
donde se aplica aquello de que los vió, como dicen que ve Dios a los conejos,
chiquitos y orejones.
Fue
entonces, que Cuamea Velázquez, “se echó la soga al cuello”.
Todos los
legisladores, ofendidos por la actitud del Rector, hablaron pestes de él.
Si alguno
de ellos, llegó a pensar, en la posibilidad de sugerir que la Legislatura
perdonara a Cuamea, el “errorcillo” de haber metido dinero de la UABC en la Bolsa
Mexicana de Valores, ahora todos están pensando seriamente en “quemarlo en leña
verde”.
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