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sábado, 4 de octubre de 2014

Palco de Prensa: El farsante.


                                           Por : Gilberto LAVENANT

El asunto de las finanzas irregulares de la Universidad Autónoma de Baja California, está alcanzando rasgos dramáticos, y teatrales.

El Organo de Fiscalización Superior de la Legislatura Estatal, detectó el absurdo de que la UABC invirtió recursos públicos en la Bolsa Mexicana de Valores. Y sufrió pérdidas por 26 millones de pesos.

Esto se originó, porque las autoridades universitarias, y específicamente el Rector Felipe Cuamea Velázquez, interpretaron erróneamente la legislación universitaria, en cuanto a que les permite buscar los mejores rendimientos posibles. Pero sin riesgo alguno, como por ejemplo los documentos de gobierno, conocidos como Cetes.

Alguien “les vió la cara” y los indujo a arriesgar 150 millones de pesos en la bolsa, suponiendo que lograrían fabulosos rendimientos. Pero sufrieron pérdidas.

El que tales irregularidades salieran a la luz pública, molestó sumamente a las autoridades universitarias. En especial al Rector. Bueno, es normal, a cualquiera molesta que le saquen a ventilar a la luz pública sus trapos sucios.

La excelencia académica de la UABC, contrastó con la desaseada administración de la misma. Ufff.

La cuestión es que, lo que mayormente molestó a las autoridades universitarias, y en especial al Rector, es que fueran autoridades ajenas a la Máxima Casa de Estudios, las que les sacaran a relucir sus cochinadas.

Entonces, echó a andar un plan, pues, para tratar de recomponer las cosas. Reinventó el trillado concepto de la autonomía universitaria, para parapetarse, alegando que nadie, de afuera, tiene derecho a fiscalizar a la UABC.

Pero eso no es todo, obviamente ya le dijeron a Cuamea Velázquez, que los malos manejos de las finanzas universitarias, caen en el ámbito penal. Que él, podría ir a parar a la cárcel.

Y como dicen que el miedo no anda en burro, montó una farsa.

La farsa, para que se entienda, es una obra de teatro, cómico y satírico, en especial aquella que satiriza los aspectos ridículos y grotescos, de ciertos comportamientos humanos. Algo así como exagerar las cosas.

Y farsante, para completar el cuadro, es la persona que representa una farsa. Que miente o engaña. Especialmente la que finge lo que no siente o se hace pasar por lo que no es, para conseguir algo.

El farsante, es un tramposo, embaucador, impostor, suplantador. Consulten un diccionario, si desean verificar tales conceptos. No se trata de exagerar.

La farsa, montada por el Rector, consistía en advertir que la UABC está en riesgo, ante el acecho de fuerzas externas, a fin de lograr la unión de todos los universitarios, en su defensa.

Cabe observar, que en sus intentos por tratar de evitar las consecuencias de su pésima administración, detectada por el Orfis, y ante la posibilidad de acciones legales en su contra, por el mal uso de recursos públicos, en días pasados el Rector declaró que la UABC es un botín muy apetecible y que hay quienes quisieran meterse hasta la cocina.  

Esto, por el hecho de que el presupuesto anual de la UABC, es del orden de 5 mil millones de pesos. Sí que son apetecibles.

Pero no dijo nada de esto, cuando el exgobernador Osuna Millán, directamente o a través de su Secretario de Desarrollo Económico, el exRector Alejandro Mungaray, estuvo metido en la UABC. Hasta las orejas. Entonces, Cuamea debió advertir lo de que es un botín apetecible. Pero es que, gracias a ellos, llegó a ser Rector.

Pues bien, Cuamea montó la farsa, en la que aparece como actor principal.

Convocó al consejo universitario y les advirtió a sus integrantes, que la autonomía universitaria está en peligro. Esto fue el pasado jueves, en Tecate.

Desgarrándose vestiduras, se cobijó con la bandera de la autonomía, y los incitó a dar la batalla.

El caso es que nadie ha cuestionado o puesto en tela de duda, la autonomía universitaria. Lo que se ha evidenciado, es la pésima administración del Rector, incurriendo en actos que fácilmente pueden ser encuadrados en el ámbito penal.

Cuamea, pretende hacer valer la autonomía universitaria, como un fuero especial, para eludir acciones legales en su contra. Supone que autonomía es sinónimo de impunidad.

La fiscalización de recursos, de instituciones de educación superior, como la UABC, es válida y nada tiene que ver con la autonomía. Desde 1996, hay jurisprudencia firme, que así lo indica. Fue en relación a asuntos inherentes a la Universidad Nacional Autónoma de México. Claramente se observa que la autonomía de que goza la UNAM, no la excluye de la aplicación de las leyes que conforman el Estado de Derecho.

Así es que, que no engañe a nadie el –aún- Rector, Felipe Cuamea Velázquez. Lo de que está en riesgo la autonomía universitaria de la UABC, es una simple farsa. Y él, es un farsante.

Lo delicado, es que puede pasar, como en el cuento del pastor y el lobo, que a cada rato gritaba, que venía el feroz animal, con el supuesto riesgo de que se comiera las ovejas, siendo falso. Y cuando realmente llegó el lobo, nadie creyó a su llamado de auxilio.

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