QPBC.-Parece una broma,
pero no es así. Es una forma muy común, socialmente hablando, que a algunos
personajes, no se les conozca por su nombre de pila, sino, por un apodo, alias
o sobrenombre.
El uso del apodo,
entre los amigos o familiares, puede decirse que es normal. El problema es que
esta forma de identificar a una persona, no trasciende a personas con quienes
la relación no es tan estrecha.
Llamar a alguien
por su apodo, alias o sobrenombre, con quienes no se tiene confianza, puede ser
considerado como una falta de respeto. Un exceso de confianza, que no se le ha
concedido.
Es un problema
realmente muy serio, para aquellos individuos, que requieren ser conocidos, por
personas que no están consideradas como parta de su círculo de amigos. Mucho
menos familiares. Ni cercanos, ni lejanos.
Esto les ocurre a
los políticos. A diferencia de los artistas o deportistas, que el apodo o
alias, lo utilizan como “nombre de combate” o nombre artístico.
En la propaganda o
publicidad, incluso en las notas informativas en las que se les refiere, se les
menciona por su apodo, alias o sobrenombre.
En el caso de los
políticos, no llega a ese grado, la costumbre.
Pero cada día se
avanza.
Ya pronto será
común, que a los políticos se les refiera por su apodo, alias o sobrenombre, de
manera formal y legal, como si fuesen sus nombres originales o nombres de pila.
En algunas
entidades del país, de las 13 en las que habrá elecciones este año, las
autoridades electorales han recibido solicitudes, para que además de los
nombres de los candidatos a puestos de elección popular, se agregue el apodo,
alias o sobrenombre.
Una nota de “La
Silla Rota”, indica que en Sinaloa, el Instituto Electoral de esa entidad,
recibió 65 solicitudes, para que, además de los nombres, en las boletas
electorales se anoten también los apodos, alias o sobrenombres de los
candidatos.
Indica, que Candidatos a diputados, alcaldes e incluso la
única mujer que busca la gubernatura de Sinaloa, propusieron imprimir en las
boletas electorales sus apodos, que van desde “File el chaleco
Sánchez”, “Celux,”, “El Gordo”, “La Negrita”, El Novillo despuntado”, “La
Mony”, hasta “La Maestra Virgen”.
En ocasiones, el uso de apodos
o sobrenombres, no solamente es algo irreverente, sino una falta de respeto,
cuando son relativos a un defecto físico. Además, socialmente debe ser tolerado
y aceptado por el personaje
Tampoco debe ser peyorativo,
grosero o vulgar. Quizás un tanto irónico o sarcástico. Pero hasta ahí. Sería
algo así como el nombre artístico de los personajes que participan en
actividades artísticas.
No sería la primera vez, y
cada día es más frecuente. En Tijuana participan personajes, identificados más
por sus apodos o alias, que por sus nombres. Como “La chula” y “El chon”.
Y hay otro, que nada tiene que
ver, con la farándula, y sin embargo se le identifica más por su apodo o
sobrenombre : Arturo Aguirre, candidato del PRI a la diputación por el Distrito
XIII, mejor conocido como “El Napo”.
Otro, en especial, es el del
candidato del PAN a alcalde de Tijuana, Juan Manuel Gastélum Buenrostro,
conocido como “El patas”. Un apodo nada cómodo, para quien llegue a gobernar
esta ciudad
En algunos casos, como en
estos, los apodos o sobrenombres, no tienen ningún significado especial. Se les
aplicó en familia, estando pequeños, porque se parecían a algún familiar
cercano y se les quedó.
El tema de los apodos, en los
casos de los políticos, es interesante, pues para participar en una contienda
electoral , requieren ser conocidos, y si hacen campaña, promoviéndose con sus
nombres, nadie los va a identificar.
Aún hay tiempo, para que
quienes participan en este proceso electoral, presenten su solicitud, ante el
Instituto Electoral, a fin de que se agreguen sus apodos o sobrenombres, en las
boletas electorales.
Además, para que, sin temor o
vergüenza alguna, acostumbren a la gente a que les refiera por su apodo o
sobrenombre.
El problema, es que el uso de
apodos o sobrenombre, implica confianza y hay quienes, les dan la mano y
agarran el pie. Pecan de confianzudos y surgen los malos entendidos.