Por : Gilberto LAVENANT
Los panistas bajacalifornianos, y también los de otras partes del país, tienen serios problemas visuales. No distinguen los colores blanco y azul, propios de su partido. Bueno, tampoco los correspondientes a los partidos aliados. Para ellos, solamente existen los colores distintivos del Partido Revolucionario Institucional. En especial el rojo.
Cuando se trata de denunciar presuntas corruptelas o malos manejos de recursos públicos, de inmediato lanzan acusaciones, a diestra y siniestra, en contra de los priístas. Sin embargo, ni por error o descuido se atreven a poner en tela de duda la actuación de los políticos panistas.
Y ahí los tienen. Un día sí, y otro también, acusan a los legisladores priístas, que integraron la XX Legislatura Estatal, de haberse incrementado el presupuesto e incluso de incrementar la nómina del Congreso. Pero en ningún momento dicen o reconocen, que los diputados panistas que la integraron, en su mayoría aprobaron todo lo que ellos ahora censuran y critican. Que los blanquiazules también se beneficiaron con dichas irregularidades.
En especial, para nada refieren que el Gobernador José Guadalupe Osuna Millán, fue más gastalón que los legisladores, que dejó adeudos por unos 14 mil millones de pesos y que derrocho recursos en forma escandalosa.
Para nada cuestionan, el que la anterior legislatura, en cumplimiento a un evidente pacto con Osuna Millán, le avalaron las cuentas públicas, cuando que antes lo habían acusado de haber desviado miles de millones de pesos, hacia la campaña de Kiko Vega. Que incluso le presentaron una denuncia ante la Fepade, Fiscalía Especializada en Delitos Electorales.
Pero tarde que temprano, salen a relucir las cosas. Como dicen por ahí, cuando se enojan las comadres, salen a relucir los trapos sucios. Esto fue lo que pasó en la entidad. Los perredistas están sumamente molestos con Kiko Vega, porque afirman que no les cumplió, lo que les ofreció para integrar la Alianza Unidos por Baja California.
Les dolió el reclamo que les hizo recientemente el diputado perredista, Roberto Dávalos, cuando dijo, a voz en cuello, que Kiko no les había cumplido lo pactado. Trataron de minimizarlo, diciendo que sí se les cumplió, sin acreditarlo.
Así es que, destilando coraje por esos incumplimientos, Dávalos dijo que prácticamente todas las dependencias estatales, tienen partidas secretas millonarias, para disponer de recursos discrecionalmente. En la mayoría de los casos, sin necesidad de comprobar el destino de los mismos.
De manera directa, mencionó el caso del exProcurador Rommel Moreno, de quien dijo que le gustaba vivir con “glamour”, al grado de que en lugar de utilizar sus oficinas, usaba las “suites presidenciales” de varios hoteles.
Dávalos explicó que muchas veces esas partidas secretas las disfrazan o las ocultan bajo diversos rubros, como por ejemplo, en el caso de la Procuraduría de Justicia, dijo, los recursos para la persecución de los delitos, de forma tal que los legisladores no llegan a detectarlos, o disimuladas por aquellos legisladores que estaban amafiados.
Pero el perredista afirmó que eso no volverá a pasar, que revisarán minuciosamente las partidas, cuando se metan a analizar, para su aprobación, el presupuesto de egresos del Ejecutivo Estatal para el 2014.
Según Dávalos, este tipo de partidas secretas existen en prácticamente todas las dependencias estatales, pero que ellos solamente aprobarán lo que realmente se requiere, “sin atender caprichos o eventualidades del Ejecutivo”.
Para desgracia de los panistas en el gobierno, lo advirtió Dávalos, en el Congreso Estatal están representadas las 9 fuerzas políticas, constituidas por diputados de 8 partidos nacionales y uno local. Que ahora las minorías hacen la mayoría, en obvia alusión al hecho de que cuando el gobierno estatal lo ostentan los panistas, los diputados blanquiazules les aprueban y avalan todo.
Tales declaraciones las hizo el diputado perredista esta semana, pero ninguno de los panistas, y en especial el Presidente de la Legislatura, Cuauhtémoc Cardona, se atrevió a desmentirlo o refutarlo. Los panistas simplemente “se hicieron los sordos”, voltearon para otro lado e insistieron en fustigar a los legisladores y alcaldes priístas.
Así es que eso de pretender disminuir el gasto de la legislatura y de convocar a los funcionarios del Ejecutivo y el Judicial, a disminuirse los sueldos, es solamente una postura demagógica, pues, conste, Cardona sabe bastante del despilfarro de recursos en las dependencias del Ejecutivo Estatal, pues el formó parte de la administración de Osuna Millán, como Secretario General de Gobierno.
Bueno, que expliquen por qué razones Osuna Millán dejó adeudos por unos 14 mil millones de pesos, rebasando, por mucho, los presupuestos de egresos autorizados, dejando unas finanzas pésimas, al grado de que en su discurso inaugural Kiko Vega tuvo que advertir que se acababan los privilegios.
Pero es más que evidente que los panistas sufren daltonismo. No ven el azul, ni el blanco. Para ellos los funcionarios públicos, miembros de su partido, no malgastan, no dilapidan, no derrochan. Que se los crean en sus casas. Simples posturas demagógicas. Que se atrevan a aplicar aquello de “o todos coludos, o todos rabones”. Ni de chiste.
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