por
Gustavo Adolfo Póker
COMO LAS comadres que se enojan, los
diputados panistas se gritaron un buen número de verdades. Empezaron con
señalamientos personales y alusiones profesionales: Reina de las
Plurinominales, bautizaron al senador Javier Corral, de quien dicen que por la
vía de las candidaturas nominales ha cobrado 21 millones de pesos en 13 años de
trabajo. Basura Reciclada y Narco-Gobernador, bautizaron al senador Ernesto
Ruffo, apelativo que de tan explícito, no requiere explicaciones adicionales. Y
así por el estilo siguieron los señalamientos.
Mientras eso sucedía en el senado, en Mexicali, capital de Baja
California, dos personas del sexo masculino empezaban en el Registro Civil
municipal, los trámites que esperaban concluir con el certificado que avalase
su unión conyugal y que los reconociese como esposos, para los mismos efectos
legales que le son aplicables a los matrimonios hombre-mujer.
El pleito en el senado pasó, de intercambio de apodos e insultos, a
escándalo financiero. En medio de explicaciones confusas, contradictorias y
sinceramente muy pendeixhas, -como creo que se dice “poco creíbles” en
portugués- el país entero terminó por enterarse que todos, los 38 senadores
panistas, fueron gratificados con un depósito de 430 mil pesos que amanecieron
en sus cuentas personales, en algo que en principio se calificó de milagro,
pero que terminó por aceptarse como error administrativo. Eso sí, milagro o error, todo mundo se quedó con la lana.
Volviendo al tema de las proscritas bodas
gay, al menos en territorio bajacaliforniano, los frustrados esposos no
aceptaron el “no se puede” como respuesta, e iniciaron un peregrinar mediático,
legal y de apelación a sus derechos humanos, que de entrada ha logrado que la
mayor parte de la sociedad voltee a verlos, que se escuchen las opiniones a
favor o en contra de este tema, y que se exhiba que hay un gran desconocimiento
en las autoridades de todos los niveles, en cuanto a derechos humanos y la
jerarquía de leyes nacionales y tratados internacionales. Al respecto, se
pronunció magistralmente Raúl Ramírez Baena, ex Procurador de Derechos Humanos
y un gran conocedor del asunto.
Antes que la cordura, les llegó la
preocupación a los senadores panistas. Después de la exhibida que se pegaron,
del baño de lodo que se aplicaron, de la quemada que se dieron todos ellos y a
su partido, por la largueza e irresponsabilidad que demostraron al disponer tan
tranquilamente de 16.4 millones de pesos, decidieron hacer un “juramento de
silencio” en los días previos a las elecciones, y retomar su guerra sucia y su
denigrante espectáculo del pleito por la lana, cuando pasen los comicios del
próximo 7 de julio, según ellos para no perjudicar a sus candidatos, como si
nadie fuera a asociar el batidero que hicieron en el senado, con su partido y con
los candidatos que aspiran con estar en posición de beneficiarse con uno que
otro error administrativo.
Por el contrario, los que decidieron no
quedarse callados un momento más fueron los fallidos cónyuges, que en vía de
mientras planean demandar al Gobernador Osuna Millán, al Congreso del Estado y
al XX Ayuntamiento. ¿Por qué a Osuna? Porque su asesor legal les abrió sus ojos
y les hizo ver que Osuna Millán presentó una controversia constitucional ante
la Suprema Corte de Justicia, solicitando que las bodas gay efectuadas en el DF
no tuvieran reconocimiento legal en Baja California.. Así lo consignó el comunicador
Cosme Collignon ayer, agregando que como dijo el obispo José Isidro Guerrero
Macías, el entonces papa Benedicto XVI había hablado con los magistrados para
que le dieran la razón al Gobierno de Baja California y así lo hicieron.
Para concluir con el vergonzoso asunto de los
senadores panistas, podrán guardar todo el silencio que deseen, pero quedarse
callados no revertirá ni solucionará la facilidad y la opacidad con que
disponen de los recursos de su fracción. Así decidan no volver a abrir la boca
en lo que resta del sexenio, la exhibición que dieron ya no la van a olvidar
los electores, a quienes les queda claro que la solución de los grandes
problemas nacionales no les preocupa tanto a los senadores panistas, como si
les preocupa embolsarse la mayor cantidad de recursos que puedan.
Para el ex Procurador Ramírez Baena, el
Registro Civil de Mexicali está obligado a legalizar la unión civil de las
parejas hombre-mujer, hombre-hombre y mujer-mujer que manifiesten esta
intención, por la preminencia de los derechos humanos sobre cualquier
disposición legal en contrario.
La pareja homosexual que desea que su
relación de pareja se formalice con el vínculo matrimonial, está demostrando
coraje para materializar su deseo. Coincidentemente? Este tema se plantea a dos
semanas de las elecciones en nuestro estado.
PAN y PRD contrajeron un enlace electoral
que, al igual que la pareja de este relato, generó críticas e incubó multitud
de detractores. Podrá haber quienes no la acepten y eso será prerrogativa de
cada quien. En el caso de los frustrados cónyuges, los dos piensan igual y se
comprometieron porque comparten una orientación común.
Ahí terminan las similitudes. Orientación,
plataformas, ideologías panistas y perredistas no podían ser más opuestas. Los
matrimonios entre personas del mismo sexo es un tema que, en teoría, los
enfrenta, pero que ambos son capaces de disimular u olvidar si hay un perol con
tesoros al final del arco iris. El PRD les abrió la puerta en el DF. Osuna
Millán y el PAN les estrellaron la puerta en la nariz en Baja California.
El PAN no se define. El PRD disimula. La
opinión final será de los ciudadanos bajacalifornianos, el próximo 7 de julio.
(Y del aborto platicamos otro día).
Los amarillos cambiaron la ley
Los azules les marcaron el alto
En el de efe fue un gran salto
Qué bronca con las bodas gay
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