Palco de Prensa
Por : Gilberto LAVENANT
Una de las costumbres negativas, que surgieron en el sistema político mexicano, luego de la alternancia política en la Presidencia de la República, con Vicente Fox, fue la de recurrir a las campañas negras en los procesos electorales.
Cuando el PRI era una “aplanadora”, cuando ganaba todas las elecciones con “carro completo”, no era usual o necesario recurrir a las campañas negras. Todos los candidatos eran “hijos de la revolución” y tenían un sistema de selección bien sabido, al que nadie se oponía.
Bueno, a nivel nacional, el gran elector, lo era el Presidente de la República en turno. Los destapes se daban hasta que él “palomeaba” la lista de aspirantes. De ahí pues, la leyenda del “Dedazo”.
Ningún priísta se atrevía a cuestionar o reclamar el método. Incluso, no era extraño que en lugar de postular y validar a los llamados “candidatos naturales”, surgían individuos sin mayor trayectoria política, pero con algún lazo de amistad e incluso familiar, con el primer mandatario, que era el único o principal sustento para su postulación. Este papel lo desempeñaba el Gobernador, en cada entidad.
Cuando el PAN llega a Los Pinos, los priístas quedaron huérfanos. El “dedazo” resultó inoperante, pues no había nadie con la fuerza presidencial para decir quien sí y quien no, era postulado. Durante 12 años de gobiernos panistas, lo priístas casi estuvieron al garete. El que tenía más saliva, tragaba más pinole. Surgieron y se fortalecieron los cacicazgos políticos.
En la lucha de los panistas por mantenerse en el poder, y los priístas por recuperarlo, no les bastó, al participar en los procesos electorales, recurrir a los simples rollos demagógicos, para tratar de demostrar que unos eran mejores que los otros. Fue entonces que surgieron las llamadas campañas negras, para descalificaciones mútuas. Los avances tecnológicos y la aparición de las redes sociales, dieron un enorme auge a tal costumbre negativa.
Bajo estrategias mercadológicas, se crearon textos, leyendas, audios, videos, muchas veces a base de verdades a medias, o mentiras completas, imputándole al rival político, los peores pecados. Incluso acusándolo de ser un peligro social. Le pasó al “peje”.
Una característica básica, en cuanto al uso de campañas negras, es que las usan, principalmente, quienes se sienten en desventaja frente al rival político. Cuando las capacidades, experiencia y trayectoria de su “gallo”, no son suficientes para garantizar posible triunfos electorales.
En este 2013, se están desarrollando procesos electorales en 14 entidades del país, pero solamente en Baja California está en juego la gubernatura estatal. Desde hace 24 años la ostenta el PAN y las tendencias indican que el PRI podría recuperarla en los comicios de julio próximo.
Las circunstancias no favorecen a los panistas. A nivel nacional, en el 2012 perdieron la Presidencia de la República y el partido quedó casi aniquilado.Hoy dos facciones, la maderista y la calderonista, se disputan el dominio de los escombros del blanquiazul. El antipanismo, más que el priísmo, los desalojó de la residencia oficial de Los Pinos.
El Baja California, han usufructuado la gubernatura, por 24 años, el doble que la Presidencia de la República. Sin embargo, es obvio que ya “se les acabó el corrido”. En el 2010 perdieron las cinco alcaldías y la mayoría en el Congreso del Estado. En el 2012, además de perder la Presidencia de la República, aunque ganaron las dos representaciones en el Senado, apenas si lograron una diputación federal.
Pero si todo eso fuese poco, participan en este proceso, con un candidato a la gubernatura, Francisco vega de la Madrid, poco competitivo. Pequeñísimo, ante el candidato priísta, Fernando Castro Trenti, según su “hoja de servicios” en la función pública.
A Kiko ya no lo van a cambiar. Ni modo que le operen el cerebro, para corregirle las fallas que evidencia. Ya no hay tiempo para someterlo a más terapias. Además, la resquebrajada estructura panista, que le permitió al PRI recuperar la Presidencia de la República, son puntos en contra del candidato de la Alianza Unidos por Baja California.
Por ello, la desesperación les lleva a recurrir a las campañas negras en contra de su rival más fuerte, el priísta Ferando Castro Trenti. Todos los días surgen uno o más videos denostándolo. Los recursos económicos y de creatividad, que pudiesen utilizar para promover a Kiko, los aplican en contra de Castro Trenti.
Pero, ¿qué opinan los ciudadanos, respecto al uso de campañas negras, en el presente proceso electoral ? Ariosto Manrique y su Testa Marketing, dió a conocer los resultados de una encuesta que realizó sobre este tema. Fueron 1,605 entrevistas, que efectuó del 13 al 18 de mayo.
Dentro de una escala, donde un 1 es nada y 5 es mucho, el 2.8 considera que los candidatos y los partidos han recurrido a campañas negras, sólo al 1.9 le gustan, únicamente el 2.7 considera que influyen en su decisión de por quien votar y el 75.34% considera que afecta tanto al atacante como al adversario.
Y algo sumamente importante, el 66.38 %, considera que las campañas negras deben ser reguladas, obviamente para evitarlas. Los políticos olvidan aquello de : “quien esté libre de culpa, que tire la primera piedra”. Como dicen por ahí, está bien que sean cochis, pero no tan trompudos.
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