por Gabilondo Solar
Va a
ganar Castro Trenti. Esperé con singular alegría
estos días de campaña electoral, con miras al cambio de gobierno estatal y de
paso del congreso y las presidencias municipales.
Lo hice
con el pleno convencimiento que estos seis años serían la suma de desperfectos
del actual gobierno y de trapitos al sol de todos los candidatos.
Ahora
sí, me dije, verán lo que se siente, todos esos que aspiran a gobernar Baja
California.
Al
principio, tuve mis dudas que Francisco Vega de Lamadrid fuera el candidato a
la gubernatura porque ya dos veces se había quedado tirado en el terreno de la
precampaña.
No será
Quico, me dije. Difícil que sea, porque si ya lo atoraron dos veces, una
tercera será igual de fácil.
Pues
órale que no lo fue.
Me pregunté
muchas veces a qué se debió y no tardé mucho en encontrar la respuesta.
Vega
tuvo el respaldo de los grupos que parten el queso, en el PAN.
Luego
pasé a ver del otro lado de la cancha, en la elección de candidato a gobernador
por el PRI.
Había
prospectos de todo el estado, los calientes alcaldes de las ciudades más
grandes, además de Jorge Hank y Fernando Castro Trenti.
En ese
caso nunca tuve duda. Sabía que Castro Trenti se la iba a llevar por algo muy
sencillo de ver.
El
trabajó como ninguno. Siempre estaba cuando se le buscaba y mostró sus
resultados como Senador, además que hizo política en su partido y en los demás
partidos que ahora lo postulan. No fue difícil.
Siempre
me pareció Castro Trenti el político más hecho, el más formado, el que tiene
una mayor idea de lo que se trata representar y gobernar a cuatro millones de
personas que vivimos en Baja California.
Hank me
parecía siempre muy despreocupado. Como que le iba a dejar la responsabilidad a
sus amigos que iba a llevar de Secretarios.
Los
alcaldes del Estado, se me hacía que estaban muy nuevos, no se había visto
mucho de lo que estaban hechos, así que por esta ocasión había que
descartarlos.
Castro
Trenti era la opción para mí y así fue. Lo esperé a que saliera candidato y
salió...
Ahora
lo veo en campaña y es exactamente lo que me imaginé que iba a hacer.
A
proponer un cambio de la forma de hacer las cosas.
Si
queremos otro gobierno, no puede prometerse lo mismo, era claro.
Pero
también esperé y así fue, que hubiera campañas negras.
Ya
salieron las acusaciones, los dibujos animados, las burlas.
Esperaba
saber que Castro Trenti había hecho esto, que lo otro, que le sacarían sus
trapitos al sol.
No ha
sido así. Lo único malo que dicen de él es su apodo.
Hasta
ahí llegaron?. Fue todo?.
Ahora
estoy más seguro que nunca.
Fernando
Castro Trenti es un hombre de trayectoria, vida y acciones que sin duda han de
ser limpias, porque si lo único feo que se dice de él, haga Usted el favor,...
!es su apodo!.
Haberlo
sabido antes.
Ahora mi
amigo el moco, ya no querrá ser candidato.
Juego
de baraja.- Recién escuché a una persona decir
que el trabajo de Enrique Pelayo en Ensenada, el de Carlos Bustamante en
Tijuana y de Francisco Pérez Tejada en Mexicali, no había sido lo que los
electores esperaban y que eso iba a hacer daño en las elecciones.
Ah sí?,
pensé.
Eso
sería, me dije, si las personas tuvieran memoria de corte comercial,
porque hay quien dice que acostumbrados a ver las telenovelas, sólo recordamos
hasta diez minutos antes.
Pero no
es así. El PAN perdió todo en la elección de 2010 en Baja California y dos años
después casi todo. No fueron diez minutos.
La
memoria es otra cosa que los políticos no terminan por entender. En esa baraja
de cartas, a la reina que saca el PAN para mostrar el desempeño de los
Presidentes Municipales, los electores sueltan su póker de ases.
1. El
desempeño de Felipe Calderón, 2. de Vicente Fox, 3. de José Guadalupe Osuna y
4. de Eugenio Elorduy, que ya habían gobernado lo suficiente cuando los
electores le dieron la espalda al PAN en 2010 y en 2012.
Lo
siento mucho, pero este juego no lo gana el PAN. Lo tiene perdido desde 2010.
Es la
caída libre. Es la suma de cuanto ha sucedido en 24 años en Baja California, el
recuento de muertos de Calderón y la escalada de precios, es el desempleo, el
maltrato a la frontera, la violencia común y los adictos que hoy suman una
población terriblemente sola que amenaza a los suyos y a todos demás, de estos
24 años.
No, 60
días no son suficientes para olvidarlos. No se puede.
No
habrá discurso, ni rostro por más bonachón o disléxico que lo presenten para
borrarlo.
El PAN
presentó a su mejor carta en Ensenada, César Mancillas, para lanzarlo de
candidato a la diputación y que le hiciera la campaña al desconocido candidato
del PRD a la Presidencia Municipal, Francisco Javier Sánchez Corona.
César
Mancillas ya había sido presidente municipal cuando el PAN perdió todo en
Ensenada en 2010 y todo en 2012.
El PAN
sacó a Alejandro Monraz, su mejor carta en Tijuana y Jaime Díaz, el político
panista más encumbrado (golpeado por Eugenio Elorduy como a ningún otro), pero
el PAN ya había perdido en 2010 y en 2012, cuando Jaime había sido Presidente
Municipal o Monraz diputado.
Hay
quien cree que esta elección la va a ganar un discurso, un spot de televisión o
algunas carteleras.
No, la
elección no la va a decidir la publicidad. Ya está decidida, desde 2010.
Se trata
de un fenómeno sicológico social que aplicó al PRI en 1989 cuando Ruffo llegó a
la gubernatura de Baja California o en el 2000 cuando Fox ganó la Presidencia
de la República.
Es lo
mismo. El PAN agotó su expectativa.
Porque,
la pregunta más complicada de responder, por cualquier candidato del PAN, es...
si tuviste todos los ayuntamientos, todo el congreso, toda la Presidencia de la
República y todo el gobierno del estado al mismo tiempo... ¿qué me ofreces
hacer que no hayas podido en estos 24 años?. ¿Eh, qué cosa no pudiste?
En la
Luna. - José Luis Pérez Canchola, quien es uno de los
perredistas que más ha disfrutado de las alianzas con el PAN, dice que los
partidos minoritarios son los que van a recargar los votos a los partidos
grandes ahora que van aliados, el PT, Verde y PES con el PRI, como el PRD,
PANAL y PBC con el PAN.
Pero
además dice que el PRD es de los partidos que más han crecido, incluso que el
PT.
Eso
dice él, pero la estadística electoral dice otra cosa.
Por
ejemplo, si Usted revisa los resultados de la elección federal pasada, verá que
en el distrito 04 de Tijuana, el candidato a diputado federal por el PT, José
Cañada, tuvo más votos que cualquier otro candidato de la alianza de izquierda.
Tuvo más votos, el del PT, que el mismo López Obrador y que Marco Blázquez en
ese distrito. Y fue el distrito que más votos tuvo la izquierda. Y no era del
PRD, señor Canchola, era del PT.
Ahora
vayamos a otro punto.
En la
elección de 2006, todos los partidos coaligados con López Obrador, rebasaron el
30% de los votos totales en Baja California. A la elección siguiente, en la de
gobernador de 2007, el PRD no llegó al 10%.
Pero si
esto le parece poco como ejemplo, entonces veamos la elección federal de 2000,
cuando Cuauhtémoc Cárdenas fue el candidato a la Presidencia de la República
que llevó al PRD a las nubes y la elección de gobernador lo volvió a soltar
desde las nubes.
Ahora,
en la elección de 2010, el PRD no ganó una sola elección y apenas pasó del 10
por ciento otra vez, en una elección local.
Por
eso, que los partidos de izquierda (y con ellos el PRD) hayan tenido el 26% de
los votos en la elección federal de 2012, no es garantía de nada, porque ha
sido una verdadera tradición que mientras la elección presidencial los infla
hasta el infinito, las elecciones locales los enfrentan a su cruda y única
realidad. No dan más.
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