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miércoles, 1 de julio de 2015

Palco de Prensa La parturienta.

                                                                                               
Por : Gilberto LAVENANT
Para los pobres, económicamente hablando, el tener un nuevo hijo, en lugar de ser un motivo de alegría, de dicha, es una preocupación más.
Muchas parturientas, que viven en unión libre, o incluso casadas por todas las de la ley, con un individuo desobligado, irresponsable y desempleado, es lo peor que les puede pasar : el tener otro hijo.
Peor aún, tener ya varios hijos, en escalerita, mal vestidos, con raquítica alimentación, y dar a luz a dos más, cuates.
Ni modo de felicitarla. Por el contrario, casi hay que darle el pésame.
Guardadas las proporciones, a Baja California le está pasando algo similar.

En las elecciones federales 2015, esta entidad ocupó el primer lugar en abstencionismo, a nivel nacional, con el 70.4%. Por hastío, decepción, inconformidad, flojera o simplemente valemadrismo, los bajacalifornianos no acuden a las urnas.
En el 2016, habrá elecciones locales. Se elegirán diputados locales, alcaldes, sindicos y regidores. Además de los independientes, cuya opción se acaba de crear en la legislación local, hasta hace unos días, había 11 partidos políticos, registrados ante el Instituto Nacional Electoral, listos para presentar candidatos.
Por si fuese poco, a esta entidad le pasó lo que a la parturienta, casi muerta de hambre y da a luz a unos cuates. Un parto doble, pues.
El martes 30 de junio, el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana, autorizó el registro de dos nuevos partidos políticos en la entidad. Como si fuesen pocos y como si fuesen una prioridad.
En total, un año antes, como lo marca la ley, siete agrupaciones políticas, presentaron solicitud para ser registradas como partidos políticos. Afortunadamente, solo se autorizó a dos : Partido Municipalista de Baja California y Partido Peninsular de las Californias. Hasta parece una burla.
El horno, no está para bollos. La ciudadanía en general, está harta de los políticos. Los repudia. No confía en ellos. Esto se refleja en el altísimo nivel de abstencionismo.
¿Entonces, para qué crear más partidos políticos? En especial ahora que las candidaturas independientes, se están convirtiendo en un boom político.
Alguien podría decir, que el gobernador electo de Nuevo León, Jaime Rodríguez, mejor conocido como “El Bronco”, que logró la hombrada de vencer a los candidatos del PRI y PAN, como candidato independiente, prendió una luz de esperanza, de algún día poder desplazar a los políticos corruptos, frívolos, demagogos, hipócritas. oportunistas, frívolos, vividores.    
Hasta antes de esto, los partidos políticos tenían el monopolio electoral. Solo a través de un partido, se podía participar en una contienda electoral y tener la posibilidad de llegar a ocupar puestos de elección popular
Con bastantes dificultades, y con trampas, se abrió el camino para las candidaturas independientes. No es sencillo, pero se puede.
Entonces, ¿para qué crear más partidos políticos? Son como zánganos, que buscan vivir del presupuesto público, pese a ser nocivos para la sociedad.
Dicho con todo respeto, porque poco se sabe de los promotores de estos nuevos partidos políticos, pero tal parece se trata de individuos sin escrúpulos, cínicos, con propósitos insanos, que no se frenan, pese al repudio ciudadano hacia los políticos.
A la parturienta, que es prolífica, tarde que temprano hay que aplicarle remedios médicos, para evitar que siga teniendo hijos, que no puede cuidar, alimentar, formar. En el caso de Baja California, es necesario hacer un estudio profundo, para hacer las adecuaciones legales pertinentes, para que dejen de crear partidos, sin ton ni son.
Al paso que va la entidad, casi habrá más partidos, que ciudadanos. Claro, es una exageración, pero resulta preocupante.
Preocupa, porque el tener más partidos, no soluciona nada la problemática social. La empeora.
Preocupa, porque al existir más partidos, será necesario disponer de más recursos, para mantenerlos. Las prerrogativas que se les otorgan, para que existan y funcionen.
Preocupa, porque al haber más partidos, reclamarán más posiciones en las administraciones públicas, dizque para estar debidamente representados. Más diputados y más regidores.
La existencia de más partidos políticos, no disminuye el abstencionismo. Por el contrario, lo estimula o genera.
Siendo tantos los candidatos en una contienda, los electores se confunden. No hay una distinción clara, ideológicamente, entre los candidatos de las diversas organizaciones participantes. Todos son iguales. Como si estuviesen clonados. Qué calamidad.

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