miércoles, 18 de enero de 2017

"EL GASOLINAZO O LA AVALANCHA POR VENIR" DRA.GABRIELA MUÑOZ


“Can the child within my heart rise above?

Can I sail through the changing' ocean tides?

Can I handle the seasons of my life?

Well, I've been afraid of changing'

'Cause I've built my life around you

But time makes you bolder

Even children get older

And I'm getting older, too”

(Fragmento de "Landslide" por Stevie Nicks interpretada por Fleetwood Mac).





A estas aturas, 17 días después del aumento oficial a los precios de la gasolina – el así llamado gasolinazo-  los efectos ya se están dejando sentir de manera directa e indirecta. La primera es visible cada vez que llenamos el tanque de nuestro carro o cuando nos subimos al transporte público y nos topamos que el costo del boleto ha subido. La manera indirecta es más sutil y se presenta en el aumento a los precios de las mercancías que adquirimos – un aguachile verde, un kilo de tortillas, un pantalón, todo- porque los productores de bienes y servicios muy probablemente “trasladarán a los consumidores” los incrementos en sus costos variables que incluyen el pago adicional del combustible.

Pero ¿se podía esperar que sucediera algo distinto que inflación de los precios de productos y servicios que los mexicanos pagan, usen o no vehículo? Pues no, era inevitable que un aumento en la gasolina no condujera a un aumento del costo de vida y posiblemente a un menor nivel de bienestar. El gobierno Mexicano ha apostado a que los precios no suban de manera exorbitante y ha intentado controlar la inflación para que el país no pierda competitividad.

Sin embargo, cabe la pregunta ¿era necesario un gasolinazo?, cabe aclarar que la medida antecede la entrada temprana –originalmente programada para 2018- y gradual de la liberalización de precios de la gasolina misma que está contemplada en la reforma energética.  Pero ¿era necesario un gasolinazo? mucho se ha escrito para explicar que era insostenible mantener el precio artificial fijado por el gobierno –y que había que implementar el aumento al precio antes de las elecciones del 2018; para que la medida no tomase un tinte electoral-, si bien es cierto que era muy costoso mantener el subsidio de los combustibles, también se ha argumentado que la medida no podía ir separada de una mejora en el bienestar social-muy urgentemente en el poder adquisitivo y seguridad de la población-, una planificación eficiente y gradual del retiro de subsidios de las gasolinas, un manejo transparente y austero de las finanzas nacionales con una perpetua rendición de cuentas, un aumento de eficiencia y modernización de los sistemas energéticos -en especial el transporte público masivo-, y una comunicación gubernamental clara, honesta y continua.

No obstante ¿todos los impactos del gasolinazo son negativos? Se ha dicho que la medida es positiva en la lucha contra el cambio climático dado que el aumento en el precio desincentivaría el consumo de gasolinas, lo que a su vez repercutirían en una menor carburación de combustibles lo que daría como resultado menores emisiones de Gases de Efecto Invernadero en el sector que mayormente las genera: el sector energético; en particular el transporte. Aunque esto en principio es correcto, dista de ser la única medida de combate ante el fenómeno climático, de hecho, México se ha comprometido desde hace al menos una década a implementar medidas para mitigar y adaptarse al Cambio Climático a fin transitar a una economía baja en su uso de carbón-incluidos los combustibles fósiles-.

Más allá del actual gasolinazo ¿veremos incrementos de precios de gasolinas en el futuro? La respuesta es muy probablemente que sí a corto plazo, durante este enero el precio máximo promedio se mantendrá fijo; pero para las dos primeras semanas de febrero los precios de las gasolinas tendrán un ajuste semanal. A partir del 18 de febrero, los precios máximos serán fijados diariamente, es probable que entonces el precio de la gasolina varíe de un día para otro. La liberalización de precios empezará de manera regional –existen cinco- el 30 de marzo y culminará el 30 de diciembre de 2017, y será precedida por el proceso de Temporada Abierta. A medio y largo plazo podríamos ver una disminución si alguno de los componentes que conforman el precio de la gasolina varían de manera favorable al consumidor.  Recordemos que el precio de la gasolina tiene seis componentes: el precio de refinación, la logística (transportación, almacenamiento y merma), las ganancias de las estaciones de servicio (margen comercial), los impuestos (IVA y IEPS), precio internacional del petróleo y tipo de cambio (peso-dólar). Por ejemplo, una inversión en infraestructura de almacenamiento y distribución bien puede convertirse en una ventaja en la competencia de logística regional que a su vez podría conducir a un precio menor al consumidor.


Muchos son los escenarios que podrían presentarse en torno a las fluctuaciones futuras de los precios de las gasolinas; muchas también son las oportunidades para tomar medidas oportunas y efectivas que consideren el bien común. Al momento el descontento social está presente y por ahora toma la forma de marchas multitudinarias; el gobierno no debería prestar oídos sordos al clamor. Recordemos que aunque las avalanchas son repentinas, los signos de alerta se presentan con antelación y claridad. En un 90% de los incidentes con avalanchas, los deslizamientos de nieve se debieron a errores humanos –individuales o grupales-  al actuar con convicción desestimando riesgos inminentes y creyendo que se podía controlar una situación no cotidiana.


Dra. Gabriela Muñoz Meléndez

Profesora-investigadora de El Colegio de la Frontera Norte

gmunoz@colef.mx