QPBC.- Dice el dicho que : “A río revuelto, ganancia de pescadores”. Y eso es precisamente lo que está haciendo el candidato del PAN a la alcaldía de Tijuana, Juan Manuel Gastélum Buenrostro, al suscribir un convenio con dirigentes de los transportistas. Tratando de sacar provecho del conflicto del transporte.
De antemano se advierte, que no es el patrimonio de los transportistas lo que está en juego, sino el Sistema Integral del Transporte, conocido comúnmente como ruta troncal, lo que ocasionaría que Tijuana siga padeciendo el peor y más caro servicio de transporte.
Es evidente que Juan Manuel está desesperado. Primero, involucra en su campaña a los “gorilas” de los Taxis Amarillos, encabezados por el nefasto Oscar Morales. Aunque el dirigente del PAN, Luis Felipe Luevano Ruiz, tratando de eludir responsabilidades, afirma que fue el candidato priísta, René Mendívil, el agresor. Ni él mismo se la creyó.
Ahora, decide encabezar el movimiento de los taxistas. Aquellos que, cuando fueron aprobadas las reformas, de las que ahora se duelen, aplaudieron a rabiar.
Dicen, que en la guerra y el amor, todo se vale. Con más razón en la política. Además, como dicen los políticos, el prometer no empobrece. Por eso el panista no lo pensó dos veces y se comprometió, si votan por él, claro que creían que era de a gratis, a echar abajo las reformas del reglamento de transporte.
Con tal de salvar su campaña, “El patas” no tuvo empacho en comprometerse a condenar a los tijuanenses a seguir sufriendo un transporte malo y caro. Quiere ser Alcalde de Tijuana, a costa de lo que sea.
No le bastó decir que estudiaría el tema y que en su momento, resolvería lo que fuese pertinente. No, cual si fuese un reyezuelo, estableció que en la primera sesión de cabildo, daría marcha atrás con las citadas reformas.
Se le olvidó que el Elcalde es solamente un coordinador. Ha de decir, que para algo sirve ser el candidato del jefe del ejecutivo del estado, Kiko Vega. Su compadre y amigo.
No le bastó decir, que el suyo sería un gobierno justo y honesto. Que se respetaría el patrimonio de todos. En principio de los transportistas que reclaman su apoyo.
Fue mucho más allá, les hizo saber, que bajo su tutela, los transportistas tendrán la protección plena. Para que nadie los toque.
Ya se había advertido, que hay “mano negra” en este asunto. Que alguien está “moviendo la cuna”. Que alguien está agitando el agua, para sacar ganancia del río revuelto.
Y como en política, dicen que no hay coincidencias, ya se puede decir, con toda certeza, que quien está detrás de este movimiento, que desquicia a Tijuana, es el candidato del PAN a la alcaldía. Firmó un compromiso para tales efectos.
Raro resulta, que primero se cobijaron bajo la sombra del dirigente estatal de CTM, Eligio Valencia Roque, propietario del periódico El Mexicano, al grado de que avalaron al hijo de éste, para que fuese incrustrado como regidor en la planilla del candidato priísta René Mendívil.
Aunque se puede decir que el dirigente cetemista hizo lo mismo que ahora hace “El patas”. Ubicado su hijo en la planilla de Mendívil, prácticamente ahora los alienta, para que vayan y se refugien en brazos de Gastélum.
Es lamentable que un asunto tan serio y delicado, el del transporte público, sea tomado como bandera política de unos y otros. Y, unos y otros, aplicando lo de que “a río revuelto, ganancia de pescadores”, traten de lograr sus propias ventajas.
A reserva de verificar el alcance de las reformas que se impugnan, se recuerda que para ello, el gobierno municipal organizó mesas de trabajo e incluso una consulta pública, que sirvieron de base para las propuestas de cambio que hizo la Comisión de Transporte de los regidores de cabildo, que encabezaba el regidor Francisco Hernández Vera, dirigente de la CTM en Tijuana y yerno de Valencia Roque.
Y conste, el día de la aprobación, que fue unánime, por parte de todos los regidores, estuvieron presentes los dirigentes de los transportistas, quienes aplaudieron a rabiar, pues en principio se cumplía su reclamo, de parar en seco a Uber.
Ahora, los regidores dicen que los chamaquearon –que les cambiaron las reformas- y los dirigentes de los transportistas, claman que no los tomaron en cuenta. Ni unos, ni otros, reconocen que eso les pasa por no tener el cuidado de leer, lo que les presentan.
Total, “pues deben saber”, diría “El patas”, no quizo desaprovechar la oportunidad del río revuelto, para sacar ventaja de este asunto, hoy que está tan necesitado.
Que se amuelen los usuarios del servicio de transporte público de Tijuana. No faltaba más. El ambicioso proyecto de la ruta troncal, podría quedar como en la administración del alcalde panista, Jesús González Reyes, unas jaulas de fierro, abandonadas e inservibles. Ahora, gracias a “El patas”.