Por : Gilberto LAVENANT
Hablar de bárbaros, en la historia de la antigua Roma, es hablar de salvajismo, de la decadencia cultural y económica del imperio romano. Hoy, es casi lo mismo. Aún existen individuos incultos, salvajes, faltos de los más elementales principios hacia los demás.
Este jueves 23 de Julio, en Tijuana, concretamente en las instalaciones de la Cámara Nacional de Comercio, ocurrió un incidente idignante, bochornoso, equiparable a una barbarie. Ejemplo de lo que no se debe hacer, por parte de cualquier funcionario público.
Al mediodía, en el edificio de la Canaco, la titular de Desarrollo e Integridad Institucional de la Comisión Nacional de Seguridad, Mireya Barbosa Betancourt, tuvo una reunión privada con representantes de organismos empresariales y de la sociedad civil de esta frontera.
Al concluir el evento, varios periodistas trataron de entrevistar a dicha funcionaria federal. Pero mientras ella hizo caso omiso a las preguntas planteadas, en torno al motivo de la reunión, un pelafustán, identificado como Francisco Javier Flores Armas, Comisionado de la Policía Federal en Tijuana, bloqueó salvajemente a los periodistas, golpeando a los reporteros Said Betanzos, del periódico El Mexicano y a Carlos Zúñiga, de Agencia Fronteriza de Noticias. Les acompañaban, los reporteros Alberto Elenes y Juan Manrique.
Micrófono en mano, los periodistas simplemente trataban de entrevistar a la representante de la Comisión Nacional de Seguridad, pero el tal Flores Armas, sin justificación alguna, adoptando la actitud clásica o típica de los “guaruras” o guardespaldas, agredió a los reporteros, sujetándolos de los brazos o tratando de retirarlos a empellones. Los video logrados, muestran claramente lo ocurrido.
Los periodistas siguieron a la funcionaria federal hasta que abandonó el estacionamiento de la Canaco, en tanto que el Comisionado de la Policía Federal, simplemente se escabullía, ignorando los reclamos.
Cuentan que la funcionaria, antes de retirarse, trató de salvar la situación, con un simple “usted disculpe”, pero se negó rotundamente a mencionar los nombres de los agresores de los periodistas, Flores Armas y uno de sus escoltas.
Hasta ahí llegaron elementos de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, que enterados de los hechos, tomaron nota, a efecto de iniciar una queja al respecto.
Es indignante, y molesto, que funcionarios públicos, no permitan que los periodistas cumplan o desarrollen su labor informativa. Ignorándolos, cuando intentan entrevistarlos. Lo peor, agrediéndolos, para impedir que los cuestionen.
¿Cómo suponer que la visita de estos salvajes a Tijuana, sea para beneficio de los tijuanenses, si se niegan, de la manera más absurda, a informar sobre los motivos de su presencia en esta ciudad?
¿Cómo creer, que tengan buenas intenciones, si en lugar de atender a los periodistas, los agreden?
Ante este tipo de hechos, los periodistas, pueden adoptar una serie de acciones :
Enviar una enérgica protesta al Presidente Enrique Peña Nieto, como jefe máximo del gobierno federal, para que sancione este tipo de salvajadas y cese en forma fulminante a los autores de las mismas.
Solicitar que las constancias de las actuaciones de la Comisión Estatal de Derechos Humanos, sean enviadas a la delegación de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en la entidad, para que se proceda como corresponda.
Que se advierta a todos los funcionarios del gobierno federal, y en especial a los policías, que se deben respetar los derechos humanos de los mexicanos, y sobre todo la labor de los periodistas.
Que haciendo causa común, todos los periodistas, en general, se abstengan de cubrir eventos, que sean convocados por la señora Mireya Barbosa Betancourt, titular de Desarrollo e Integridad Institucional de la Comisión Nacional de Seguridad, o el tal Francisco Javier Flores Armas, Comisionado de la Policía Federal.
Así mismo, exigir que, tanto Mireya Barbosa, como Flores Armas, sean sancionados como corresponda.
Que en tanto no se de una explicación o respuesta respecto a esta salvajada, por parte de los titulares de la Comisión Nacional de Seguridad y de la Policía Federal, en Tijuana, comprometiéndose en vigilar que esto no vuelva a repetirse, abstenerse de cubrir eventos de dichas instituciones.
Imaginen nada más, si tales actitudes asumen, dentro de las instalaciones de un organismo empresarial como la Cámara Nacional de Comercio de Tijuana, ¿qué serán capaces de hacer en lugares hinóspitos o solitarios?
Corresponde a todos los periodistas en general, solidarizarse y exigir que no se permitan tales salvajadas. ¿Será acaso, que esto ocurre, porque ya no se permite animales en los circos? Podría ser.
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