Por.- Alfredo Calva
Solo un par de días le duro el gusto al titular de la Secretaria de Finanzas del Estado, Antonio Valladolid Rodríguez, en el embeleco que tramo con base en la certificación que la casa calificadora Fitch Ratings otorgo a la dependencia que encabeza, por el manejo del crédito otorgado en diciembre del 2013 al gobierno del estado, y que con mala sangre tergiverso para su conveniencia la información, haciéndola circular vía boletín, como si la certificación fuera por su manejo de todo el sistema financiero.
En una acción como las que acostumbra Antonio Valladolid, carentes de moral política, mintió a los ciudadanos intentando con ello congraciarse con los bajacalifornianos y en especial con los tijuanenses, tratando de vender su pésima imagen y crédito como la de un funcionario eficaz y eficiente, como parte de su estrategia de colocarse en las preferencias ciudadanas y con ello hacer posible su onanismo mental de obtener la candidatura y el posterior triunfo a la alcaldía de Tijuana.
La exposición de Valladolid estuvo a cargo del coordinador de la bancada priista en el congreso local, Rene Mendivil Acosta, quien tuvo a bien quitarle el gozo al evidenciarlo ante los medios de comunicación a quienes engaño a través de su boletín informativo, al señalarles que, la certificación de la casa Fitch Ratings, solo fue para el crédito de 2100 millones de pesos que el estado contrajo a finales del 2013, y que lo señalado por Valladolid Rodríguez en su comunicado era simplemente una farsa.
Pero además, lo reto a que tuviera el valor de informar a la ciudadanía bajacaliforniana de la calificación que le otorgo la prestigiada casa Moody’s, ente que decreció la calificación del estado por tres tumores financieros, grandes déficits, débil disposición de liquides y su creciente deuda, todos generados por la incapacidad e ineficiencia de Valladolid Rodríguez.
Inmerso en su enfermizo afán de querer ser candidato a la alcaldía de Tijuana, Antonio Valladolid, huérfano del perfil que se requiere para ser el Secretario de Finanzas del Estado, y no nada más serlo, si no también parecerlo trabajando y dando resultados positivos, no ha contribuido a minimizar la estulticia cometida en su nominación, poniendo el empeño necesario para sacar avante la responsabilidad que, irresponsablemente le entrego su protector, el gobernador del estado, Francisco Vega de la Madrid, y este dislate de Francisco Vega, tiene a la entidad sumida en un caos financiero que por mucho que lo nieguen, no lo pueden ocultar.
Si Antonio Valladolid aspira y ansía ser el candidato de su partido, el PAN, a la alcaldía tijuanense, está en todo su derecho, y será un hecho si los panistas así lo deciden, pero lo que no es sano, es que en una responsabilidad tan grande y seria como lo es la titularidad de la Secretaria de Finanzas del Estado, se tenga a un individuo de carácter frívolo, carente de la preparación y capacidad para realizar el trabajo, y que llego a la cartera solo por ocurrencias y acuerdos de quien lo protege, con su familia.
Ironía………..
Es la similitud que existe en la ecuación de la corrupción en las investigaciones; Virgilio Andrade es a Enrique Peña Nieto, como Bladimiro Hernández es a Francisco Vega de la Madrid.
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