Por : Gilberto LAVENANT
El viernes 24 de enero del año en curso, apuntaba aquí en Palco de Prensa, que la canción favorita de los políticos, es “Yo no fui”, autoría de Consuelito Velázquez, y que interpretaba Pedro Infante. Subrayaba que el primer párrafo o estrofa dice : “Si te vienen a contar, Cositas malas de mí, Manda a todos a volar, Y diles que yo no fui”.
Observaba esto, por aquello de que quienes dejan la administración a su cargo, hecha un desastre, y cuando surgen los señalamientos, se hacen los sorprendidos y juran que no hicieron nada malo. Como si realmente estuviesen diciendo la verdad.
Decía que así ha ocurrido casi siempre, en especial con los exalcaldes de los cinco ayuntamientos de Baja California, que recién terminaron sus respectivas gestiones administrativas.
Hacía hincapié en que, los que salen, adoptan posturas de supuesta inocencia, como parodeando la canción de Consuelito, porque el sistema político lo permite. Y que, los que entran, apenas inician funciones y ponen el grito en el cielo por las “sorpresas” negativas que les dejan sus antecesores : despilfarro, arcas vacías, nóminas abultadas, enormes deudas y cuentas por pagar, etc.
Advertía que esto es algo así como para apantallar, pues al final de cuentas no hacen nada para llamarlos a cuentas y fincarles responsabilidades. Que, por el contrario, hacen efectivo aquello de que los políticos conjugan perfectamente el verbo “tapar”. Yo te tapo, tú me tapas, ellos nos tapan, nosotros los tapamos, todos nos tapamos.
Por lo tanto, decía que las “tapaderas”, son algo común de los llamados “usos y costumbres” de la política. Al grado de que la corrupción está desbordante en la administración pública de los tres niveles de gobierno, pero son contados los políticos que terminan en la cárcel. Que si en México se actuara con estricto derecho, no habría cárceles suficientes para encerrar a todos los corruptos, frívolos y ladrones.
Entonces, citaba, como mero ejemplo, el caso del exalcalde de Mexicali, Francisco Pérez Tejada, de quien su sucesor, el panista, Jaime Díaz Ochoa, “se dió vuelo” señalando el desgarriate que dejó. Adeudo por concepto de cuotas al ISSSTECALI por 600 millones de pesos, 200 millones al SAT –Sistema de Administración Fiscal- y al IMSS –Instituto Mexicano del Seguro Social- y otras cosas más.
Que unos días después, Panchito cita a conferencia de prensa, para defenderse. Que podría decirse que casi les cantó completa la canción de Consuelito Velázquez, esa de : “Si te vienen a contar, Cositas malas de mí, Manda a todos a volar, Y diles que yo no fui”. Que solamente le faltó el mariachi, de acompañamiento.
Indicaba que lo dicho por Panchito, como supuesta aclaración y defensa, es una pieza que debe formar parte de la historia política de la entidad. Por el cinismo, la ironía y la descripción de los llamados “usos y costumbres” del sistema político mexicano. Sugería que los demás exalcaldes priístas, debieron pedirle una copia y utilizarlo en sus respectivas defensas.
En descargo de sus supuestas culpas, Panchito dijo, entre otras cosas, lo siguiente : “Cada 3 años, vemos la misma película : el Alcalde entrante, llega despotricando contra el Alcalde saliente, culpándolo de todos los males que aquejan al Ayuntamiento. Preguntando ¿cómo es posible que el municipio se encuentre en semejantes condiciones? Cada tres años, vemos la misma película, y al final no pasa absolutamente nada”.
Total, prácticamente, y con cierto enfado por tener que andar dando explicaciones, dijo que la situación financiera del Ayuntamiento es algo casi normal, que es ajeno a ello, que el hecho de que lo acusen de lo peor, no resuelve nada y que además, esto siempre ocurre al inicio de cada administración, y al final no pasa nada.
Pues cabe observar que todo indica que al menos dos de los cinco exalcaldes, siguieron el ejemplo de Panchito y salieron a defenderse. Primero lo hizo el empresario Carlos Bustamante Anchondo, alegando que no dejó quebrado al ayuntamiento de Tijuana, y fue tanta su presión, que su sucesor, Jorge Astiazarán tuvo que decir que efectivamente el gobierno local no está quebrado, que nadie ha dicho que el anterior Alcalde haya cometido desfalco.
El jueves pasado, salió a pregonar su defensa, el exalcalde de Playas de Rosarito, de quien su sucesor, Silvano Abarca Macklis ha dicho cosas horribles, calificando de pillos al Tito y sus colaboradores, incluso presentó denuncias penales contra exfuncionarios que, con recursos públicos, se hicieron operaciones quirúrgicas, cuya finalidad es la reducción de peso.
Robles Aguirre jura que él no endeudó al gobierno de Playas de Rosarito y que las operaciones de sus colaboradores, fueron por motivos de salud. Casi dijo que en Playas de Rosarito hay una epidemia de gordura y que autorizó el gasto médico, para salvarles la vida a sus ahora excolaboradores.
Al paso que van, cualquier día de estos saldrá el ensenadense Enrique Pelayo Torres, entonando precisamente la canción de Consuelito Velázquez. Se lo imaginan, vestido de charro, guitarra en mano y desentonado –supuestamente- cantando : “Si te vienen a contar, Cositas malas de mí, Manda a todos a volar, Y diles que yo no fui”.
Y entonces, cabe preguntar : ¿Si todos los exalcaldes priístas, ahora resultan que son unos pobres inocentes, quien fregados despilfarró los recursos públicos, engordó las nóminas de los gobiernos municipales y dejó un verdadero desgarriate ? Solamente falta, que reclamen un reconocimiento, por haberse “sacrificado” tres años, y que les paguen su liquidación. Qué cinismo.
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