viernes, 28 de febrero de 2014

Palco de Prensa: El escándalo político.


                                          Por : Gilberto LAVENANT

Ayer estalló un escándalo, al interior del edificio del Palacio Municipal, sede del XXI Ayuntamiento de Tijuana. El Síndico Procurador, Arturo Ledezma Romo, anunció la suspensión provisional de dos funcionarios, de primer nivel, del área de obras públicas del gobierno municipal, y luego notificó igual medida en contra del Secretario General de Gobierno, Bernardo Padilla Muñoz.

Visiblemente molesto, el principal funcionario del gobierno municipal, luego del Alcalde Jorge Astiazarán, respondió que eso era un “secuestro político” de la administración, al suspenderlo y excluirlo de sus funciones como cabeza de los asuntos de gobierno.

 No se recuerda, en la historia política de Tijuana, que haya habido algún conflicto de esta magnitud en el gobierno local. Padilla señaló, como lo hizo Aztiazarán recientemente, que el Alcalde no permitirá que intereses mezquinos prevalezcan sobre los de la ciudadanía.

Si bien es cierto, que la Sindicatura Municipal, tiene la obligación de vigilar las acciones y conductas de los servidores públicos municipales, en el desempeño de su empleo, cargo o comisión, así como las omisiones que sean contrarias a las leyes o que causen un daño patrimonial, básicamente para velar por el buen uso y destino de los recursos públicos, en este caso, es más que evidente que exageró y que se trata de un asunto personal, en una cuestión de antipatía en contra de Padilla muñoz.

Sin embargo, también resulta evidente su intención de dañar la imagen del gobierno de Astiazarán, para el que el Síndico Procurador ha significado un serio dolor de cabeza, pues no acepta recomendaciones, ni conciliación alguna. Podía haber dialogado en privado con el Alcalde, para exponerle las presuntas irregularidades detectadas, en base a las que procedió a suspender a tres de los principales funcionarios del XXI Ayuntamiento.

En lugar de eso, convocó a conferencia de prensa y exhibió casi como malhechores a los funcionarios suspendidos. Ledezma Romo, evidentemente lo disfrutó, como diciendo : “qué bonita es la venganza, cuando Dios nos la concede”.

En el caso de los dos funcionarios de obras públicas, se trata de Marcia Eugenia Salcido Moreno, Directora de Obras e Infraestructura Urbana Municipal, y Marco Antonio Vuelvas Díaz, Subdirector. Ambos, en relación a supuestas irregularidades en procedimiento de licitación para realizar obras de pavimentación en la Calle Segunda, en la zona central, suspendidas esta semana por la Sindicatura.

Era relativamente sencillo, hacer las observaciones y exigir la corrección a las faltas detectadas. Pero, está a la vista la intención del daño político, más que velar por el respeto a la ley y el uso adecuado de los recursos públicos. Ya lo había advertido el propio Alcalde el pasado 5 de febrero, que existen intereses mezquinos, al interior y al exterior del gobierno, que pretenden frenar el desarrollo.

La otra acción del Síndico Ledezma, la suspensión del Secretario General de Gobierno,  aunque sea fundada, es con un afán personal de venganza, con quien ha tenido fricciones. Se recuerda que el propio Padilla ordenó clausurar una puerta, a través de la cual el Síndico podía acceder al elevador del edificio, sin tener que recorrer el pasillo exterior, por el hecho de que permitía a Ledezma Romo penetrar al interior de la Secretaría General de Gobierno.

Ayer mismo, trascendió que la suspensión de Padilla Muñoz, deriva de una investigación en torno a la actuación de este como Director de Desarrollo Social Municipal, en la administración de Jorge Hank, ante la presunción de un daño patrimonial por un monto de 207 mil pesos, al indemnizar a 5 empleados, que supuestamente carecían de ese derecho, de los cuales 4 laboran en el XXI Ayuntamiento.

El aspecto personal se destaca, pues los hechos que imputa Sindicatura al Secretario de Gobierno, ocurrieron hace varios años y por lo tanto tuvo que escudriñar varios expedientes, para verificar la información, en que supuestamente basa la determinación. Para nada tomó en cuenta, que el suspendido, es el brazo derecho del Alcalde Astiazarán y sumamente amplia su responsabilidad en la operación de la administración municipal.

Irónicamente, hoy vence el plazo para que Sindicatura determine si los funcionarios del XX Ayuntamiento de Tijuana, encabezado por Carlos Bustamante, incurrieron en algúna responsabilidad, para proceder en su contra, y respecto a lo cual ha guardado silencio, al grado de que ya ha sido acusado de estar protegiendo al exAlcalde.

Sin embargo, o para mayor gravedad, el aludido, o sea Padilla Muñoz, olvidando aquello de que “el que se enoja pierde”, se lanzó en contra del Síndico Ledezma, lo llamó extorsionador, chantajista, y lo culpó de estar entorpeciendo el desarrollo de Tijuana. Incluso, lo retó a un debate público. Esto sí que es un escándalo político.

Era tan sencillo, adoptar una postura seria, madura, y manifestar que las instrucciones del Alcalde eran en el sentido de respetar las leyes, que si se incurrió en alguna falta, en la que se basan las suspensiones, se corregirían o se asumirían las consecuencias. En materia penal, cuando un individuo agrede a otro, con razón o sin ella, incurre en el delito de lesiones o  injurias, y debe ir a la cárcel. Pero si el agredido responde, y agrede a su agresor, entonces ambos van a la cárcel, por lesiones en riña. Faltó madurez y sensatez, de ambas partes.

Lo más lamentable de esto, es que apenas han transcurrido tres meses, desde el inicio de la administración del Alcalde Astiazarán, y estos enfrentamientos desprestigian y trastornan programas y acciones de gobierno. Urge, que se deje en claro que no se tolerará que se transgreda la ley, ni el orden. El colmo es que el Síndico Procurador no está bajo la autoridad del Alcalde y parece “un chivo en una cristalería”. Ese sí que es un problema serio. 

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