sábado, 30 de noviembre de 2013

Palco de Prensa: Por fin se van.


                                        Por : Gilberto LAVENANT

Las expresiones de júbilo se escuchan en los cinco municipios de Baja California. ¡Ufff…! Por fin se van los cinco alcaldes priístas, protagonistas de las historias más grises de las administraciones públicas municipales de la entidad.

Unos más, otros un poco menos, los cinco, sin excepción, hicieron gala de soberbia, prepotencia, nepotismo, polémicos, pésimos administradores. Cúmulo de experiencias desagradables para los bajacalifornianos.


Enrique Pelayo, de Ensenada, Carlos Bustamante Anchondo, de Tijuana, Francisco Pérez Tejada, de Mexicali, Javier Urbalejo Cinco, de Tecate y Javier Robles Aguirre, de Playas de Rosarito, políticamente hablando, parecen clones, unos de otros. Sus nombres, no deberán volver a aparecer en boletas electorales en la entidad.

Esos personajes, dejaron sus respectivas administraciones municipales en condiciones de desastre. Además, actos de corrupción, o, en el menos peor de los casos, con un altísimo nivel de sospechosísmo.

A lo largo de los tres años de sus gestiones administrativas, salieron a relucir hechos y actos absurdos, evidentemente ilícitos o productos de negociaciones ocultas. Extrañamente, las concesiones, contratos o negociaciones, en la mayoría de los casos, se hicieron estableciendo cargas o cláusulas leoninas, en perjuicio de los gobierno que representaban y que estaban obligados a defender.

Sus relevos, obligadamente, deberán revisar con lupa, cada una de las actuaciones de sus antecesores. Hay coincidencias en muchos de ellos. Las luminarias, adquisiciones de equipos y vehículos, concesiones respecto a labores de limpia y recolección de basura, supuestas asesorías, comisiones por gestoría.

Recientemente, Bob Filner, quien fuese Alcalde de San Diego, California, fue obligado a renunciar, acusado de acosar a sus empleadas y compañeras de trabajo. Los alcaldes de Baja California, incurrieron en abusos sexuales mucho más graves y no les ocurrió nada. Los comentarios al respecto, en los alrededores de las oficinas de gobierno, abundan.

Cuando en los comicios del 2010, los cinco priístas, candidatos a alcaldes, resultaron triunfadores, hubo quienes presumieron que harían un papel superior al de los panistas, que se distinguían por insensibles y soberbios. Hoy, a tres años de distancia, muchos coinciden que resultaron peores. En cada municipio, sus residentes comentan que estos, fueron los tres años más largos de sus vidas. Parecía que nunca pasaría.

Pero, como dice el dicho, no hay fecha que no llegue, ni plazo que no se cumpla, y concluido su término, Pelayo, Bustamante, Pérez Tejada, Urbalejo Cinco y Robles Aguirre, se van este día, muy lejos, lejísimos, de la función pública, para nunca más volver. Unos por viejos, otros por jóvenes, de filiación priísta, evidentemente ineptos en la función pública.

Los bajacalifornianos esperaban con ansias esta fecha en que los nuevos alcaldes relevan a los repudiados que gobernaron los municipios durante los pasados tres años. Las expectativas de mejoría son muchas.

En Tijuana, Jorge Astiazarán Orcí, médico de profesión, de corte ciudadano, más que político, evidentemente tendrá un estilo de gobierno totalmente distinto al de Bustamante. Uno, empresario, altanero, soberbio, necio, sordo. El otro, un alcalde preocupado por la salud de los tijuanenses.

Prueba de ello, es que, apenas asumido el cargo, en su primer acto como alcalde de Tijuana, Astiazarán Orcí encabezará, mañana domingo, la Primera Macro Jornada Médico Asistencial y de Servicios, que se llevará a cabo en la colonia Las Torres parte baja, de las 11:00 de la mañana a las 2:00 de la tarde.

Es un caso un tanto extraño. El nuevo Alcalde de Tijuana, hará lo que hizo durante la jornada electoral. Prácticamente su noviciado en la política, lo hizo sin separarse de su maletín de médico. Dialogaba con los ciudadanos y cuando se percataba que alguno se encontraba en malas condiciones de salud, de inmediato lo atendía.

En los demás municipios, ninguno de los otros cuatro alcaldes es médico, pero sus trayectorias personales y profesionales, permiten preveer que serán mejores funcionarios que los que hoy concluyen sus respectivas funciones.

La distancia entre Gilberto Hirata Chico, nuevo Alcalde de Ensenada, y el polémico Enrique Pelayo, es enorme. El que se va, nunca debió haber sido alcalde del puerto. Hoy los ensenadenses lo lamentan profundamente.

En Mexicali, seguramente Jaime Díaz, en su segunda ocasión como alcalde de la capital del Estado, superará con creces la labor del mentado Panchito Pérez Tejada. El priísta, sin ninguna experiencia política, pequeño para la responsabilidad de gobernar a un municipio.

Algo similar se puede decir de Silvano Abarca Macklis, también por segunda ocasión alcalde de Playas de Rosarito, en lugar del inepto jovenzuelo Javier Robles Aguirre, o César Moreno, en Tecate, que relevará en el cargo a Javier Urbalejo, la peor decepción política de los tecatenses.

Lo bueno es que ya se van. Mañana serán simples ciudadanos. Quizás habrá quienes digan que regresen. Pero lo que se llevaron.

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