Por : Gilberto LAVENANT
Los gobiernos federales están requiriendo individuos con un alto grado de ingenio, capacidad creativa, inventores, que aporten ideas para crear nuevos impuestos, a fin de incrementar la recaudación.
Con el ánimo de conquistar electores, durante las contiendas electorales, los candidatos a puestos de elección popular, hicieron derroche de promesas. Apoyos para adultos mayores, pensiones para madres solteras, becas para estudiar, guarderías infantiles y planteles educativos de todos los niveles, para que nadie se quede sin estudiar y muchas cosas más.
Ahora, ya en la administración pública, observan que para cumplir todas las promesas hechas, requieren de mucho dinero. El gobierno lo recauda a través de impuestos, derechos y sanciones.
Este es el origen de la “asombrosa reforma hacendaria” del Presidente Enrique Peña Nieto, que quita el sueño, tanto a pobres como a ricos. La cuestión no es tratar de saber quien tiene al país de rodillas, sino quien pagará las culpas ajenas.
Es fabuloso, lo que pretende el Presidente Enrique Peña Nieto, con la reforma hacendaria. Otorgar una pensión universal a adultos mayores, que los apoye a cubrir sus gastos básicos de manutención durante la vejez, así como un seguro de desempleo para los trabajadores. Tan sólo en la pensión para adultos, se deberán erogar 45 mil millones de pesos.
Lo que no se vale, es que se pretenda reunir ese dinero, sacándolo del bolsillo de muchos otros mexicanos, que se las “están viendo negras” para subsistir. El 50% de lo requerido para las pensiones a adultos mayores, será cubierto por los residentes de la franja fronteriza, con el incremento del IVA del 11% al 16%, así como con la aplicación del IVA a la educación privada. Esto es tanto como aquello de “abrir un hoyo, para tapar otro”.
Definitivamente, en México, la pobreza no se eliminará con limosnas, y el gobierno incurre en un error al comprometerse a otorgar pensiones a los adultos mayores, que aunque no les resuelven todas sus necesidades, implican una erogación muy cuantiosa. Se estima que en este rubro se erogarán unos 45 mil millones de pesos.
Lo preocupante es que la propuesta hacendaria de Peña Nieto, no habla de reducir el aparato burocrático, de los tres poderes. No solamente el Ejecutivo, sino también el Judicial y sobre todo el legislativo. Sobre todo este último, pues el Poder Legislativo Federal, con 500 diputados federales y 128 senadores, es carísimo, además de ineficiente.
Como también es preocupante, que para nada habla de combatir la corrupción, de vigilar y amarrar las manos a los políticos corruptos, de aplicar castigos más severos a los que se enriquecen, apropiándose de los recursos públicos. De hacer realmente eficiente a la administración pública, de todos los niveles.
Lo dicen en las calles, los ciudadanos, no se niegan a pagar más impuestos, pero les molesta saber que los recursos son dilapidados por políticos ineptos y pésimos administradores.
Las evidencias indican que la reforma hacendaria, se conformó con una serie de ocurrencias, no muy claras, ni debidamente justificadas, pues la intención fue meramente recaudatoria. Incluso, que no se ajusta a aquella frase demagógica que advierte : “que paguen más, los que ganen más”.
Con la homologación del IVA en la zona fronteriza, pagarán más, lo mismo ricos, que pobres. El caso es que los ricos tienen para eso y más, e incluso se dan el lujo de cruzar la frontera y pagan en dólares los productos que desean consumir. Amolados los pobres, que no tienen visa o simplemente no tienen dinero para ir al sur de California a comprar su despensa.
Lo de las ocurrencias, para determinar quien habrá de pagar más impuestos, para que le ayuden a Peña Nieto a cumplir sus compromisos o promesas de campaña, se evidenció claramente al pretender aplicar el IVA a la educación privada.
Los legisladores federales insistieron en que se eliminara esta pretensión, obvio, pues todos ellos tienen a sus hijos en escuelas particulares, y entonces el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray, los invitó a buscar alternativas de recaudación, que tengan un menor impacto para la clase media.
Les explicó que con el IVA a colegiaturas el gobierno espera sumar a la recaudación 11 mil millones de pesos, y que al eliminar esa pretensión, se deberá buscar otra fuente alternativa.
Aquí es donde cabe aquello de que los gobernantes, de todos los niveles, requieren de individuos, con un alto grado de ingenio, capacidad creativa, inventores, que aporten ideas para crear nuevos impuestos, a fin de incrementar la recaudación.
En Cuernavaca, Morelos, parece que ya encontraron algunos, pues en su proyecto de Ley de Ingresos 2014, incluyen el cobrar un impuesto por practicar un deporte en los espacios y jardínes públicos. En otros lugares se habla sobre la posibilidad de cobrar impuestos, por tener perros, o burros. En la época de la revolución, se cobraba impuestos por el tamaño y número de ventanas.
Es necesario aclararles a los gobernantes, de todos los partidos políticos, que para superar los serios problemas financieros que afrontan, no hace falta ingenio para crear nuevos impuestos, sino voluntad para ser buenos administradores, honestos, eficientes. Nada de eso se habla en la propuesta hacendaria de Peña Nieto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario