sábado, 24 de agosto de 2013

Palco de Prensa : La desverguenza.

¡Además de arbitrarios, cínicos !
Y son los encargados de la seguridad…




                                           Por : Gilberto LAVENANT

Cuando alguien niega, lo que es más que evidente, como la agresión policiaca al periodista José Luis Camarillo Téllez, respecto del cual existen videos y fotos, es que es un cínico. La desvergüenza en persona.

En ese nivel se ubica al Secretario de Seguridad Pública Municipal, Alberto Capella Ibarra, cuando trata de justificar tal agresión y prácticamente responsabiliza de ello al propio periodista, argumentando que se le llamó la atención para quedar fuera de la zona de trabajo, establecida durante el operativo, dizque por su propia seguridad.


Camarillo estaba entrevistando a las personas desalojadas. Los “gorilas” con uniforme de policía, lo rodearon y lo sujetaron de manera violenta. Trataron de despojarlo de su equipo, cámara fotográfica y videograbadora, sin lograrlo y finalmente le torcieron un brazo para sacarlo a empellones de la zona.

Además de que es ampliamente conocido, el periodista portaba en su ropa logotipos de la empresa periodística para la que labora. No estaba realizando nada que fuese peligroso, salvo entrevistar a los ofendidos, y evidentemente era lo que pretendían evitar.

Pero no era el único periodista, había muchos más, los cuales tomaron fotos de los momentos en que Camarillo era salvajemente sometido, así como videos, que inmediatamente circularon en las redes.

Pero el jefe policiaco insiste en que la presencia de los policías fue para “proteger la integridad física de quienes ejecutaban el ordenamiento, así como de otras personas, ante la presencia de maquinaria pesada”, según un boletín de prensa emitido el mismo día de los hechos.

Capella Ibarra afirma, que los policías le indicaron al periodista que “por su propia seguridad”, se mantuviera fuera del área de trabajo. Durante los momentos previos a su sometimiento, no estuvo en riesgo la seguridad personal de Camarrillo. Hasta que los policías impusieron su superioridad numérica, con evidente abuso de autoridad.

Argumenta, en su comunicado, que : “Posiblemente en su afán de imprimir fotografías de mayor interés, rebasó el límite establecido y motivó la intervención de los oficiales”. Qué cinismo.

Y como tratando de acreditar su dicho, observa que : “Los demás periodistas acataron la advertencia y no tuvieron ningún problema para llevar a cabo su labor”. Frente a tales salvajadas, la prudencia es la mejor defensa. Los periodistas ya saben “cómo se las gastan los policías” que comanda Capella y prefirieron mantenerse a distancia.

Sin embargo, para nada fueron complacientes espectadores de la agresión. Filmaron y tomaron fotos de todo lo ocurrido en tanto que les señalaban a los uniformados que se trataba de un periodista, lo que no ignoraban, sino por el contrario, precisamente por ser periodista, lo trataron con saña.

Capella aparenta interés por la agresión y dice que la dependencia a su cargo : “lamenta el suceso y reitera su cabal respeto a los medios informativos, así como a quienes desarrollan esa actividad”. Vil hipocresía. Si los respetara, no permitiría tales agresiones.

Si realmente se hubiese preocupado por ello, de inmediato habría mandado arrestar a los agresores, con las indagaciones correspondientes, los suspendería y remitiría el informe correspondiente a la Sindicatura municipal, para que procediera en su contra.

No hizo nada de eso. No obstante, asegura –qué falsedad- que :en forma inmediata giró instrucciones para que el incidente sea investigado por la Sindicatura Municipal. Y en caso de que se compruebe algún abuso, se imponga el correctivo correspondiente”.

El abuso está totalmente acreditado y no basta aplicar un simple correctivo a los agresores. Merecen el cese fulminante. Incluyendo a sus jefes e incluso al propio Secretario de Seguridad Pública.

Los funcionarios públicos, como Capella Ibarra, no entienden que son servidores públicos. Que ellos no son los dueños de la ciudad. Que sus salarios, son pagados con el dinero que aportan los ciudadanos, vía impuestos o derechos.

Quizás, si vivieran en una dictadura, podría ser considerada su actitud como algo normal. Lo irónico, es que Capella Ibarra llegó a la corporación policiaca, porque supuestamente era un luchador social. Hoy puede decirse, sin temor a equivocación alguna, que era un simple simulador.

Los luchadores sociales, son de una pieza, siempre. Luchan contra las injusticias, contra las arbitrariedades. Incluso arriesgan su vida combatiendo a los arbitrarios, necios e insensibles.

Aquellos, que fuera del gobierno dicen ser una cosa, y en la función pública, asumen actitudes dictatoriales, son meras figuras “camaleónicas”, oportunistas.

Nada justifica, ni borra la agresión al periodista y el atentado a la libertad de expresión. Es más, se puede decir que ni siquiera fue por un error, pues en los videos se observa claramente que los policías agresores, sabían perfectamente lo que estaban haciendo.

Y si hasta el momento no han recibido sanción alguna por ello, sin duda alguna es porque lo hicieron acatando instrucciones precisas dictadas por el propio Secretario de Seguridad Pública, Alberto Capella Ibarra. Incluso, llama la atención, que el propio Alcalde Carlos Bustamante, solapa y quizás alienta, las actitudes arbitrarias de sus policías. El colmo.

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