Por : Gilberto LAVENANT
Dicen que no hay fecha que no llegue, ni plazo que no se cumpla. Hoy es el día para acudir a las urnas a votar, a fin de elegir al nuevo gobernador de Baja California, a los cinco alcaldes y a 25 diputados locales. Independientemente de las preferencias electorales de cada quien, lo más importante es cumplir con esta obligación cívica.
Hay quienes aún no alcanzan a distinguir la importancia de este tipo de eventos. Bueno, esto solamente se dá en las democracias, el poder elegir a sus gobernantes, cada seis o tres años, según el período de sus respectivas gestiones públicas. En las dictaduras, o en las monarquías, esto no es posible. Hay que soportar a los gobernantes, hasta que mueren y generalmente los suceden otros iguales o peores.
Vale la pena recordar que al igual que en Baja California este domingo 7 hay comicios en otras 13 entidades de la República Mexicana, pero la diferencia y gran importancia es que solamente aquí habrá elecciones para gobernador.
Para empezar, a partir de las 8:00 de la mañana se instalarán un total de 4 mil 230 casillas, entre estas 5 especiales, distribuídas en 17 distritos electorales, a las cuales podrán acudir a emitir sus votos, 2 millones 410 mil electores, de los cuales 1 millón 199 mil 167, son mujeres, y 1 millón 201 mil 406, son hombres. Porcentualmente, los hombres representan el 50.25% y las mujeres el 49.75%.
Un dato interesante es que el 41.5% de los electores son menores de 25 años, o sea jóvenes que nacieron bajo el gobierno panista y que por lo tanto no han experimentado el vivir en una administración priísta.
También resulta interesante, conocer la distribuciones de electores por municipio. En Tijuana, 1 millón 214 mil personas, tendrán de derecho de votar, aunque el padrón de este municipio es de 1 millón 293 mil 47 electores. Aquí reside el 50.3 % de quienes tienen derecho a votar en estos comicios.
La coalición que logre mayores votos en Tijuana, prácticamente tiene el triunfo estatal en la bolsa. Otro detalle importante, es que el Distrito 13, del que era diputado Gregorio Barreto, que abarca la zona este de Tijuana, tiene 396 mil 959 electores, que es cuatro veces más que el número de electores de Tecate o Playas de Rosarito, e incluso superior al de Ensenada.
En Mexicali, podrán votar, 692 mil 589 electores, en Ensenada 347 mil 103, en Tecate 78 mil 566 y en Playas de Rosarito 78 mil 186.
La celebración de estos comicios ha generado múltiples expectativas e incluso especulaciones. El 1989, o sea hace 24 años, el PAN logró la gubernatura de Baja California, siendo la primer entidad gobernada por un partido distinto al PRI y desde entonces la ostenta. En las elecciones de 2010, el PAN perdió las cinco alcaldías de Baja California, así como la mayoría legislativa en el Congreso del Estado. En esta ocasión podría perder la gubernatura.
En el 2012, el PAN perdió la Presidencia de la República y en Baja California, si bien es cierto que logró dos representaciones en el Senado, solamente obtuvo 1 de 8 diputaciones federales. Esto indica que en los últimos años ha tenido una tendencia a la derrota electoral.
Esto explica las múltiples controversias, polémicas y acusaciones mútuas entre coaliciones, partidos, o candidatos. El panismo, se aferra al último reducto de administración pública que conservan en la entidad. De perderlo, sufrirían un severo retroceso, o sea estar como estaban antes de la ruffomanía, hace 24 años.
Por su parte, el priísmo, busca afanosamente la gubernatura estatal, que es lo último que les falta para dominar políticamente a Baja California. Ya tienen las cinco alcaldías y la mayoría legislativa en el Congreso del Estado. Solamente les falta la gubernatura.
Sin embargo, hasta aquí, este proceso electoral rebasó los aspectos negativos de los demás que ha habido en la historia política de Baja California. Unas campañas negras y acusaciones penales, como nunca antes se habían visto. La compra de votos, mediante la entrega de tarjetas canjeables por despensas y servicios varios, o directamente con dinero en efectivo, fueron algo común.
Las campañas mediáticas desde el gobierno estatal panista, así como el establecimiento de estructuras electorales o el desarrollo de programas con objetivos electorales, que implicaron fuertes gastos, presuntamente sufragados con recursos públicos, dieron la nota.
Pero también la dieron, escándalos de supuestos actos de pederastía o estupro por parte de coordinadores de campaña de candidatos panistas e incluso de candidatos, como lo fue el del candidato a alcalde de Playas de Rosarito.
Especulaciones en el sentido de que la gubernatura de Baja California la negoció el Presidente Peña Nieto con los panistas, para conservar el llamado Pacto por México, y que por lo tanto al Primer Mandatario le convenía la derrota del PRI en la entidad.
O bien, eso de que se presentaba la disyuntiva entre dos fracciones priístas a nivel nacional, una encabezada por Manlio Fabio Beltrones, coordinador de la fracción parlamentaria del PRI en la Cámara de Diputados, y padrino político del candidato a gobernador, Fernando Castro Trenti, y otra encabezada por el Presidente Peña Nieto, que parece no estar dispuesto a apoyar a los beltronistas. Olvidan que Beltrones ha sido el principal operador político en torno al Pacto por México, lo que ha facilitado la labor del equipo peñanietista.
En fin, son tantas las cosas para comentar. Hagan a un lado todas las especulaciones y acudan a las urnas a votar, por quien consideren sea el mejor. O bien, el menos peor.
Las casas de Kiko Vega, candidato a Gobernador de Baja California, residente en el sur de California.
Santiago Creel, apoya a Brenda Ruacho, la novia de Kiko Vega, para un cargo escolar en el Sur de California.
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