sábado, 29 de junio de 2013

NI LA PROSA NI LA RIMA


por Gustavo Adolfo Póker

EL QUE se lleva se aguanta, es una máxima de aplicación generalizada en la cultura azteca. Tan o más generalizada, que una de las conclusiones que le es inherente a quien la incumple: el que se lleva y no aguanta, es un chillón.

  Quien es primero en tiempo es primero en derechos, sostienen los leguleyos. Y si la cité fue única y exclusivamente porque me acordé y me gusta cómo se oye, no porque tenga algo que ver con mi disección. Pero de que el senador Ernesto RuffoAppel fue el primero en aventar lodo en la presente campaña electoral, no tengo la menor duda. Ni la historia, pues ahí están las publicaciones periodísticas, fechadas para mejor proveer, que no me dejan mentir.Y fundó su ataque primerizo Ruffo, trayendo a colación una “denuncia verbal” que dice que presentó en los tiempos en que era nuestro gobernador, pero sin que lo pueda comprobar porque no le dieron recibo. Curiosamente, para iniciar la andanada hostil, Ruffose apoyó en un evento que lo más seguro es que no sucedió, que si sucedió fue hace veinte años, y que por su naturaleza de “denuncia verbal” es imposible de rastrear. Desde este momento, materializado en una conferencia de prensa, empezaronlos azules a llevarse.
  Envalentonados por la falta de respuesta, entraron a escena los presidentes de partido Gustavo Madero y Jesús Zambrano, primero, seguidos de los senadores Ernesto Ruffo y Armando RíosPittier, quienes estelarizaron sendos videos en los que daban continuidad a la campaña de ataques contra el candidato puntero de las encuestas. Ahora el sustento de los ataques era el apodo del   candidato, sin especificar cuál de los dos, el candidato o el apodo, les producía más miedo. Continuaban los azules de llevaditos.
  No contentos, editaron un infame video, en el que el mensaje final, en alusión a quien iba dirigido, era “primero me castro que votar por trenti”. Tanto les gustó, que luego reprodujeron el mensaje en espectaculares. Se estaban llevando mucho; quedaba pendiente de comprobar si también aguantaban.
  La respuesta llegó ya, igual que la conclusión. Demostraron que son chillones.
  Peor aún, al igual que el ya inmortal video de “las kikadas”, elaborado, editado  y filtrado por una mano azul para desacreditar a un entonces precandidato azul, surgió el video-audio de una grabación no autorizada, que involucra al diputado Rubén Al anís en una supuesta relación pederasta. No me consta, ni soy perito en grabaciones, pero en el audio se escucha sin indicios de alteración la voz de una persona, señal de que está siendo grabadoen vivo y en directo, lo que implicaría su conocimiento y grado de participación en el operativo; en tanto que la voz de la otra persona se oye a través del teléfono, muestra de que está siendo grabado con apoyo de algún aparato, lo que sería indicio de que desconoce lo que se gesta al otro lado de la linea.
La reacción posterior de los panistas, que incluyó desde descalificaciones en automático hasta frías manifestaciones de solidaridad, pasando por “no estoy enterado”, “luego les comento”, “dejé el cornfelics en la lumbre” y pretextos por el estilo para evitar dar declaraciones a los reporteros ávidos de comentarios alusivos, demostró el impacto que les causó la difusión del material. Se tardaron en reaccionar pero lo hicieron: culparon al PRI de ser el gran cerebro detrás de la conspiración, mandaron al diputado Alanís a presentar una denuncia por difamación y lo que resulte, y una vez hecho lo anterior le dieron una gentil patada de cortesía para dejarlo formalmente fuera de la jugada. Un autogol del tamaño del que se metieron los panistas no lo desperdicia ningún rival político, así que los priistas le dieron gran promoción mediática al video que, repito, todo indica que elaboró, o un panista rencoroso o un ex amiguis despechado del disminuido diputado.
Lo que siguió después, fue una reacción de molestia propia de quienes se llevan y no aguantan: los azules le endilgaron calificativos y denuestos de todo tipo al candidato opositor: redes, periódicos, carteleras, todo lo que se les ocurrió. El universo mediático se les hizochirris para hacer gala de su capacidad ofensiva. Que si el diablo, que si misterburns, que si me castro, que si qué podemos esperar; la campaña negra, sin más limitantes que lo que diera la imaginación de los publicistas, dirigidos por los especialistas en campañas de odio. Pero bastó que se explotara en los mismos medios la comprometedora llamada del diputado Alanís, para dejar en claro que, si bien les encanta llevarse, no aguantan. Dicho en los pintorescos términos de la muy mexicana expresión: Son Chillones!
  Finalmente, y a reserva de que el dato se confirme sin dejar dudas, se habla de un doctor del Hospital General de esta ciudad, que supuestamente se negó a brindar asistencia médica a una paciente, que llegó al nosocomio portando una camiseta roja que delataba sus simpatías partidistas. Esperamos sinceramente que se trate de una confusión, porque, de confirmarse, nos mostraría hasta qué grado han permeado entre la población los efectos de las campañas de odio. La elección culmina el 8 de julio a las 6 de la tarde. Esperamos que, simultáneamente, culminen los enfrentamientos electorales y no se almacenen en calidad de agravios personales. BC nos necesita a todos.

Un accidente sin color
Acabó teñido de “rojo”
Ella casi pierde un ojo

Por un “azul” doctor

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