Palco de Prensa
Por : Gilberto LAVENANT
Una buena noticia. No todos los empresarios son coparmexianos, o sea socios de la Confederación Patronal de la República Mexicana, reconocida como sindicato patronal, y por lo tanto, no todos los hombres de empresa apoyan, la determinación de dicha organización, de lanzarse en contra de la autoridad electoral, en un aparente, o evidente, complot con la dirigencia panista, y la Alianza Unidos por Baja California, para descarrilar el actual proceso electoral.
Menos mal. Disminuyen los riesgos de turbulencia política.
Es más, sumamente preocupados por esta situación, y a fin de deslindarse de los coparmexianos, dirigentes de diversas organizaciones empresariales, luego de conocer la decisión de Coparmex, en el sentido de romper lanzas con el IEPCBC, se reunieron, analizaron el tema y determinaron realizar acciones para demostrar que están a favor del desarrollo del proceso electoral, en las mejores condiciones posibles.
Dicho en otras palabras, echan por tierra cualquier intento o aparciencia de sabotaje o complot patronal, para “reventar” el proceso de elección de gobernador, alcaldes y legisladores, que culmina con los comicios del 7 de julio próximo.
Algunos de esos dirigentes empresariales, hicieron saber al columnista que efectiva o definitivamente, Coparmex siempre ha tenido afinidad o inclinación con el Partido Acción Nacional y por lo tanto con sus candidatos. Prueba de ello es que el expresidente de dicha organización, Fernando Otañez, es suplente del candidato panista a la Alcaldía, Alejandro Monraz Sustaita. Más claro, ni el agua.
Los empresarios deploran la postura de los coparmexianos y señalan que el proceso electoral está por encima de la imagen e intereses de Coparmex. Que el asunto del empalme de fechas de los debates organizados por Coparmex y los del Instituto Electoral, es algo que se puede corregir y superar, por la vía del diálogo.
Como prueba de que no todos los empresarios son coparmexianos, observaron que en tanto que los directivos de Coparmex anunciaban su rompimiento con la autoridad electoral y prácticamente la descalificaban como árbitro del presente proceso electoral, los dirigentes de la Cámara Nacional de la Industria de Transformación, Sección Tijuana, organizaron un debate entre los candidatos a la alcaldía de esta ciudad.
Así es que, sin intenciones de exhibir las tendencias partidistas de los coparmexianos, los demás organismos empresariales se deslindarán, echando a andar programas de promoción del voto. Repudian cualquier acto o acción que desaliente a los electores y uno de esos es precisamente el descalificar a la autoridad electoral.
Quizás no organicen debates, que han sido sumamente cuestionados en este proceso electoral, pero cada organización recibirá a los candidatos en sus sesiones de consejo, para conocer propuestas y exponerles inquietudes o reclamos. Desde ese punto de vista, y con tales observaciones, se puede advertir que las posturas de quienes representan a la Alianza Unidos por Baja California y la Coparmex, son, así se evidencia, el resultado de compromisos o alianzas extrañas, entre afines o “parientes cercanos”. Lo curioso es que, en apariencia, unos y otros, tienen motivos y objetivos distintos.
Los de la Alianza Unidos por Baja California, ante el temor de un fracaso electoral inminente, y sabedores de las deficiencias de su candidato a la gubernatura, Francisco Vega de la Madrid, encontraron el pretexto ideal para eludir la obligación y posibilidad de acudir a los debates. Están protegiendo a su candidato, que basa sus posibilidades de triunfo simplemente en su carisma personal.
Los coparmexianos, por su parte, están siendo “más papistas que el papa” y pretenden erigirse en rectores de la democracia en la entidad. Que los debates que ellos organizan, son superiores a los de la autoridad electoral. Es más, los de la Alianza en mención, o sea sus afines o “parientes cercanos”, reclaman que la autoridad electoral pretende monopolizar los debates, cuando que esa es su función y competencia.
Es lamentable, que quienes tradicionalmente han organizado debates, ahora “por berrinche”, renuncien a la posibilidad de hacerlos. Y mucho más lamentable, es que denosten y traten de descalificar a la autoridad electoral. Si quienes se ostentan casi como inventores de la democracia, descalifican al árbitro del proceso electoral, generando dudas, sospechas y decsonfianza en cuanto a su actuación, con mayor razón lo harán los electores comúnes y corrientes.
En tales condiciones, Coparmex, en su desahogo y pataleo, en principio, alienta el abstencionismo y coadyuva a que sus afines o “parientes cercanos”, los de la Alianza Unidos por Baja California, se preparen para abortar el proceso, ante la inminente derrota de sus candidatos. Por ello se evidencia que se trata de un complot.
Es importante precisar, que los coparmexianos, no organizan los debates, por afanes democráticos, o porque sean muy generosos. Ni una cosa, ni la otra.
Lo que les interesa, básicamente, es lograr condiciones de gobierno propicias a sus intereses. En este tipo de actos, públicamente cuestionan a los candidatos, respecto a los problemas o reclamos de los empresarios, más que de los ciudadanos en general.
Ponen a los candidatos contra la pared, les hacen preguntas comprometedoras, y estos, por no verse mal, aunque corran el riesgo de verse demagógos, generalmente contestan en sentido afirmativo. Después del proceso electoral, al que gane, sea quien sea, le pueden reclamar que cumpla lo prometido ante ellos. Ganones, pues.
Muchos pierden, si no hay debates. Pierden los cadidatos, al no tener un foro donde exponer sus propuestas. Pero también pierden los coparmexianos, pues pierden la oportunidad de obligar a los candidatos a firmar compromisos que deberán cumplir como autoridades. Así es que déjense de berrinches y no le hagan “el caldo gordo” a sus afines.
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